La historia del arte sitúa al teatro barroco en el periodo comprendido de los años 1600 hacia comienzos del año 1800, esta corriente teatral es posterior al teatro renacentista de la cual recibe sus principales influencias como, por ejemplo, el naturalismo, la realidad, la vida en movimiento y la representación de la figura humana en su contexto histórico y cultural.
Durante este periodo el teatro se volvió extravagante, esto debido a que sus principales precursores escribieron obras teatrales en relación con sus creencias personales, distintas al pensamiento eclesiástico que predominaba las corrientes literarias de la época.
Por este motivo, la mayoría de las obras desarrollaban conceptos modernos como las interacciones o descubrimientos de la humanidad, la propiedad privada, el universo o la política. De esta “época dorada” surgen famosos dramaturgos como William Shakespeare, Jean-Baptiste Poquelin Moliere y Lope de Vega.
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¿Qué es el teatro Barroco?
Contemplado como el período más glorioso para esta representación artística, el teatro barroco, que acuña su nombre del mismo período histórico en el que se gestó, es considerado por los estudiosos como el verdadero renacimiento del teatro como espectáculo de carácter social.
Algunos autores difieren al conceptualizar el teatro barroco, la definición varía entre un país y otro. Sin embargo, para conciliar las opiniones de forma general, se establece que esta corriente de teatro se caracteriza por su extravagancia literaria, ornamental e inventiva, llegando a extremos de ser considerada vulgar para algunas esferas de la sociedad por los llamativos escenarios, los efectos visuales y el diseño de los vestuarios.
Características del teatro barroco
La época del Teatro Barroco, también es conocida como el periodo de los Teatros Nacionales debido a su gran éxito en la sociedad que llevó las obras de las calles y plazas a estructuras específicamente construidas para realizar este tipo de arte. Este adquiere sus principales características por el trabajo y los aportes de Lope de Vega.
En un ensayo escrito a verso por el mencionado autor, titulado “El Nuevo Arte de hacer comedias en este tiempo”. Lope desarrolla la teoría dramática del teatro barroco que él mismo popularizó mediante algunas de sus obras. A continuación, veremos de forma resumida sus principales características.
La tragicomedia: Integra de forma armónica la tragedia y la comedia a cada historia como en la vida cotidiana, sin embargo, aunque el final sea trágico, al culminar se ha de restituir el orden para que el espectador experimente una catarsis emocional.
La división de los actos: Anterior a Lope, las obras se desarrollaban en cinco actos. Posterior a él se reduciría a tres, esto para dotar de mayor importancia al texto.
El final de la regla de las 3 unidades: Durante el renacimiento se había fijado una regla estricta conocida como las tres unidades, esta planteaba que solo debía haber una acción principal, sucediendo en un único espacio de tiempo y en un solo lugar. Lope discurría esta noción, alargando el tiempo de sus obras, desarrollando varias acciones paralelas y en diferentes escenarios.
El lenguaje como símbolo: Los personajes usarían un lenguaje acorde a su estrato social, por ejemplo, los campesinos hablarían de forma vulgar o coloquial y la nobleza de manera elegante y sutil.
Métrica, música y recursos literarios: El verso de la estrofa se adapta al tipo de contenido, se proporciona de bailes y canciones populares a la obra, se emplean figuras retóricas para aportar dramatismo a la acción y conseguir la atención y admiración del público.
Temática: De herencia renacentista, algunos de los temas tratados son de índole caballeresca, mitológica, pastoriles, temas bíblicos o litúrgicos. La innovación llegó con la capacidad de transformar cualquier asunto cotidiano en materia teatral, esto incluyó nuevos temas como poemas, novelas o algún hecho histórico reciente.
El honor: Pese a que las temáticas del teatro barroco gozaran de una amplia variedad, el trasfondo principal de todas era el honor relacionado con el amor. Este era el máximo valor que regía el código moral por el cual debían vivir los individuos de aquella época, carecer de honor era motivo de deshonra y se penaba con la muerte.
Personajes: Lope inspiró sus personajes en la comedia del arte italiana, siendo estos los siguientes:
- El rey: es un personaje que ejerce la justicia, su función es castigar o premiar y su objetivo es restaurar el honor.
- El galán: este personaje encarna la fuerza del amor, y se caracteriza por ser atractivo, usualmente joven, idealista y virtuoso.
- El poderoso: este personaje suma las características de los dos anteriores, sin embargo, será el encargado de desarrollar el acto infame al contrariar la justicia y la armonía social, por lo que será castigado por el rey y el pueblo.
- La dama: se trata de un personaje enamoradizo, que goza de enorme belleza y juventud, posee una prominente personalidad, es consciente de su honra y lleva a cabo un rol de reivindicación social que culminará con la recuperación de su honor.
- El esposo, padre o hermano: es el personaje que representa el honor y al que le corresponderá defenderlo.
- La criada y el criado: Son los respectivos acompañantes y confidentes de la dama y el galán.
Roles principales: se trata del papel dramático que ha de desarrollar cada personaje.
- El antagonista: Usualmente representado por el poderoso, será quien lleve a cabo el acto de deshonor sobre la dama.
- El caballero: Representado por el galán, el hermano o padre de la dama, o el mismo rey. Su función será recuperar el honor de la dama.
- El gracioso: He aquí la invención principal de Lope de Vega, se trata del personaje que acompaña al caballero y su función será contrastar el discurso de este para generar momentos risibles.
Historia del teatro barroco
La cronología de hechos que dieron lugar a la conceptualización del Teatro Barroco, es la historia del surgimiento de los teatros nacionales en Europa, esto se debe a que el teatro como arte escénico estaba más vigente que nunca en Italia, Francia, Alemania, Inglaterra y España producto del renacentismo.
Los aportes de los estilos teatrales de cada uno de los países mencionados convergieron a principios del siglo XVII en España, donde el célebre dramaturgo Lope de Vega conciliaría una nueva visión que llevaría el teatro a la palestra del arte universal y a todos los estratos de la sociedad, surgiendo de esta forma la “Época dorada del teatro”.
A continuación, explicaremos de manera resumida los aportes de cada país para contextualizar el desarrollo social del teatro barroco como arte y como negocio durante el periodo comprendido entre el siglo XVII y XVIII en Europa, parte de Asia e Hispanoamérica.
Italia: Durante el siglo XVI en el país del renacimiento, una forma de teatro participativo e introspectivo de gran valor social y de elevada dificultad interpretativa tuvo lugar, a este se le conoció como “La Commedia dell’Arte”, y contribuyo al demostrar la importancia de captar las emociones del público y procurar que se identifiquen con la obra.
Francia: En el país de las bellas artes el teatro evolucionaba con lentitud en comparación a sus homólogos, en parte por la influencia tardía del renacimiento y en gran medida porque el financiamiento provenía de una única fuente, en este caso se trataba del Rey Luis XIV. Por tal motivo, hasta el año 1680 el estilo teatral se mantuvo en el “Clasicismo”, pronto transcendería a la “Comédie-Française”.
Inglaterra: Bajo el reinado de Isabel I, en el país de la revolución industrial, se vivió el teatro en su máximo esplendor bajo el nombre del “teatro isabelino y la comedia de la restauración”, durante este periodo surgiría William Shakespeare, quien fuera el mayor exponente literario del país en obras y literatura.
Alemania: Durante el periodo barroco, el teatro del país, de los mayores aportes científicos a la humanidad, apenas logró influenciar esta expresión artística. Se cree que la razón fue de origen cultural, pues para la época la sociedad alemana se aferraba a la concepción medieval del cristianismo, donde la máxima del pensamiento se centraba en el lamento más que en la tragedia.
España: Este último sería el país que daría vida al nuevo estilo de teatro, un estilo más variado y rico en recursos que duraría vigente durante los doscientos años siguientes y cuyos aportes como la estructura teatral, o la regla de las 3 unidades permanecerían vigentes hasta nuestros tiempos.
A esta modalidad se le conocería bajo el nombre de Teatro Clásico Hispánico, o simplemente Teatro Barroco, y serían los precursores de “La nueva comedia”, cuyo autor principal sería Lope de Vega. Más tarde, con la llegada de Cosme Lotti a Madrid, el arte de la escenificación español sería proporcionado de las técnicas teatrales más avanzadas de toda Europa.
La suma de los aportes influenció el Teatro Barroco para dar origen a diferentes variantes técnicas como: Las invenciones, El teatro musical, La fiesta teatral y El auto sacramental.
Hispanoamérica: Para finales del siglo de oro, cuando los virreinatos de España se habían asentado en países como Perú y México, la vida cultural se acrecentó y difundió hacia otras regiones, dando lugar a uno de los primeros hitos de cultura teatral europea en América.
Autores y obras más reconocidas del teatro Barroco
En esta sección hemos seleccionado algunos de los autores más relevantes del Teatro Barroco, cuyas obras influenciaron uno de los movimientos artísticos más importantes de la Europa post-renacentista.
La vida es sueño (1635): Un entrañable drama filosófico ideado por Pedro Calderón de la Barca. La obra desarrolla la idea de Platón, aquella famosa metáfora de la cueva, la cual plantea que el hombre vive en un mundo de sueños y sombras.
El tema principal de la obra radica en el antiguo debate sobre la libertad del ser humano, profundiza en la idea de si este es libre o no para decidir sobre el curso de su vida, frente a las peripecias que el destino depara a cada individuo, o si, por el contrario, el libre albedrío funge como elocuente guía del camino.
Del ilustre dramaturgo, se pueden destacar las siguientes joyas literarias: El príncipe constante (1629) (Drama de honor), La dama duende (1629) (Comedia), El mágico prodigioso (1637) (Drama religioso), El alcalde de Zalamea (1651) (Drama de honor), El gran teatro del mundo (1655) (Auto sacramental).
El perro del hortelano (1618): Histriónica comedia ideada por el máximo exponente del Teatro Barroco, el dramaturgo Lope de Vega. La obra se desarrolla bajo la premisa de “Ser como el perro del hortelano, que no come ni deja comer”. Este refrán hace referencia a la condesa Diana, pues al no poder amar a Teodoro, tampoco dejará que él ame o sea amado.
Del célebre autor, encontramos inmaculadas obras teatrales como: La dama boba (1613) (Comedia), Fuenteovejuna (1619) (Drama histórico), El caballero de Olmedo (1620-1625) (Drama de honor), El castigo sin venganza (1631) (Drama de honor)
El burlador de Sevilla (1630): De la inventiva de Tirso de Molina, nace este drama de honor, que a su vez es una comedia de enredo. La historia de esta obra recoge por primera vez el mito del “Don Juan”. Un joven noble de carácter lujurioso y destacables habilidades de seducción, que engaña a las mujeres para poseerlas y se burla de sus respectivos cónyuges, arrebatándoles de esta manera su honor. Pese a sus encomiables hazañas, al final se restablecerá el honor.
Del famoso dramaturgo y pieza angular del siglo de oro destacamos obras como: El vergonzoso en palacio (1624) (Comedia), Don Gil de las calzas verdes (1635) (Comedia), El condenado por desconfiado (1635) (Drama religioso), Marta la piadosa (1636).
Romeo y Julieta (1595): Es quizás la obra más reconocida de la historia moderna, el clásico drama de honor escrito por uno de los más grandes autores y dramaturgos de todos los tiempos, William Shakespeare. Esta narra la historia de dos jóvenes de 16 años pertenecientes a las familias más poderosas de Verona, los Capuleto y los Montesco, quienes desaprobarían este amor y llevarían a los protagonistas a un trágico final.
Del aclamado dramaturgo inglés, principal precursor del teatro isabelino, el cual fuera el homólogo del Teatro Barroco en Inglaterra, encontramos las siguientes obras de carácter universal: El sueño de una noche de verano (1595), Hamlet (1603), Otelo (1603), Macbeth (1606).