La historia de la humanidad a menudo es narrada desde la óptica de las diferentes manifestaciones artísticas, pues de estas deriva la comprensión y aceptación de los distintos fenómenos de la existencia por parte de antiguas culturas.
Probablemente, el arte de la escenificación e interpretación, es la manifestación artística de mayor transcendencia. Por esta razón, se reconoce bajo la figura del teatro a las diferentes representaciones culturales de los pueblos indígenas de América y del mundo.
El término teatro es acuñado por razones teóricas; sin embargo, poco o nada se parece a las diferentes corrientes teatrales de la historia, puesto que el teatro prehispánico hace referencia a los ritos o rituales transferidos de generación en generación mediante el lenguaje hablado.
Además, el espíritu de teatralidad estaba profundamente inmerso en las culturas prehispánicas que hacían de estas representaciones una tradición que reflejaba la intensidad de la experiencia de vivir, resistencia para sobrevivir a la fatalidad y conciencia sobre la temporalidad de la vida.
Qué es el teatro prehispánico
Se conoce como teatro prehispánico, a las diferentes manifestaciones culturales como danzas, cantos, música, poesía y rituales de carácter religioso por parte de los pueblos indígenas antes de la ocupación española y su posterior proceso de cristianización coercida.
El término teatro prehispánico es acuñado para referirse a menudo a las tradiciones de los pueblos indígenas americanos, sin embargo, también se puede emplear para otras naciones como fuera el caso de los filipinos o de los africanos.
La principal razón de reconocer las tradiciones de los antiguos pueblos indígenas como una forma de teatro, radica en su carácter interpretativo, su valor histórico-social, su influencia sobre la sociedad secular y su profunda penetración en la cultura de cada sociedad.
Historia y origen del teatro prehispánico
El teatro prehispánico tuvo sus orígenes en las conmemoraciones y fiestas religiosas de las grandes culturas de la antigüedad. En sus procesiones y ritos, los chamanes o sacerdotes marchaban entonando pasajes sagrados, vestidos con atavíos representativos para exaltar a sus dioses.
Con los siglos, estas ceremonias se rememoraban con representaciones simbólicas realizadas en fechas fijas. Estas manifestaciones se celebraban para anunciar victorias, tragedias, migraciones, cosechas, lluvias, duelos, guerras y peregrinaciones.
Todos estos tenían por objeto agradecer a los dioses. Con el tiempo estas manifestaciones se hicieron formales, con “libretos” y hasta vestuarios especiales, a medida que cada cultura se desarrollaba.
Con la llegada del imperio español, especialmente a México, ya existían cientos de ceremonias donde se cantaba, se bailaba y se actuaba. Estas presentaciones eran ensayadas durante semanas y se llevaban a cabo a manera de festividades en fechas y situaciones específicas.
No obstante, debido a su carácter religioso, el teatro prehispánico percibió el ataque inmediato del imperio español. La carga cultural que estas prácticas pregonaban, los dioses que adoraban y las características de sus personajes iban en contradicción con la cultura de los conquistadores.
Como consecuencia, todos estos rituales y ceremonias fueron atacados hasta conseguir su eliminación, de esta manera aseguraban su dominación.
Características del teatro prehispánico
Las culturas cuyo “teatro prehispánico” logró desarrollarse en mejores términos pertenecieron a México, siendo estos los Mayas y los náhuatl. Las características más destacadas de las representaciones de estas dos culturas son las siguientes:
Oralidad: las historias, las danzas, los cantos y demás expresiones eran transmitidas de generación en generación mediante el lenguaje hablado.
Participación: los actores involucrados en estas representaciones a menudo eran los sacerdotes o chamanes, y el pueblo. En el caso de estos últimos, la ceremonia actuada podía concluir con el sacrificio a manera de tributo a los dioses por parte del intérprete.
Temática: el tema central de todas sus manifestaciones artísticas era la religión, cada fiesta o ceremonia tenía por propósito celebrar y enaltecer alguna deidad.
Con relación a las características teatrales del teatro prehispánico podemos considerar los siguientes aspectos:
- Consta de danzas o diálogos y cantos dialogados, que se celebran entre personajes de procedencia divina y personajes de origen humano.
- Existían lugares dedicados a las representaciones.
- Era común practicar y ensayar las ceremonias y rituales.
- Empleaban escenografía, la cual constaba de elementos naturales.
El valor real del teatro prehispánico subyace en la capacidad de aportar a la representación la posibilidad de transcender los problemas humanos como el odio, los celos o el amor para dar cabida al conflicto entre Dios, el hombre y el universo.
Para ello, se recurría al uso de acciones muy concretas, como el canto y el baile, que acercaba a los intérpretes a una conversación más profunda, una conversación con ellos mismos y con el cosmos.
Y la característica más importante de esta corriente teatral, es la fuerza con la que el público vivía y representaba cada obra (ritual o ceremonia), así como la profunda identificación del actor con su respectivo papel.
Teatro prehispánico – obras y autores
La realidad de los aportes del teatro prehispánico a la cultura universal son de connotación trágica, esto se debe a que la mayoría de obras que fueron recopiladas y transmitidas a futuras generaciones, consistían en esfuerzos mediocres por parte de escribas y dramaturgos para preservar la cultura de aquellos pueblos conquistados.
Sin embargo, aquellos esfuerzos no fueron en vano y de las obras plasmadas en papel, aún se pueden rescatar vestigios realistas de las representaciones de aquellas antiguas sociedades. A continuación te nombramos algunas de las más destacadas.
El Bailete del Güegüense o Macho Ratón
El bailete del Güegüense, también llamada el Macho Ratón, es una obra náhuatl del siglo XVI. Consiste en una danza donde participan animales personificados, pues en esta cultura se creía posible una práctica chamánica llamada nahualismo que relata la capacidad humana de cambiar a una forma animal.
El Rabinal Achí o Danza del Tun
El Rabibal Achí es considera una obra de la sociedad maya del siglo XIII, consiste en el sacrificio ritual de un prisionero de guerra.
Para la mayoría de las culturas indígenas, el espacio que conformaba su territorio era considerado sagrado y la intromisión por desconocidos era castigada con la muerte, según mandato divino.
Ollantay
Es un drama de origen incaico, que narra la historia de un guerrero y su lucha por un amor prohibido. Esta obra fue preservada en un manuscrito por Antonio Valdez durante el siglo XVIII.
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