Leyenda del Quinto sol

Leyenda el quinto sol
Leyenda el quinto sol

La leyenda del quinto sol es una leyenda de la mitología mexicana que busca explicar cómo fue el surgimiento del sol, el universo y la historia de la humanidad, todo en base a la mitología.

Por otro lado, habla sobre la creación de la “quinta era”, ya que explican que la humanidad vive actualmente dicha era y ha atravesado por cuatro eras anteriores.

👫 Personajes:

  • Tecuciztecatl
  • Nanahuatzin
  • Quetzalcóatl.
  • Xolotl

☀ El quinto sol: leyenda basada en la mitología mexicana

Cuenta la leyenda que la primera era de la humanidad fue conocida con el nombre de Tlalticpac Tonatiuh. Los humanos eran gigantes que fueron devorados por juagares.

La segunda era se conoció con el nombre de Ehécatl Tonatiuh, en donde la humanidad fue destruida por fuertes vientos huracanados. La tercera era, se llamaba Xiuh Tonatiuh, y unas fuertes lluvias de fuego fueron las que extinguieron a la humanidad.

Por último, la cuarta era se llamaba Atl Tonatiuh en donde un diluvio fue el responsable de la extinción de la humanidad. Los dioses, al estar decepcionados de sus fracasos, enterraron los huesos de la última humanidad en el Mictlán, en donde decidieron dejarlos por siempre.

Tiempo después, Quetzalcóatl convocó al resto de los dioses para que realizaran un quinto intento de creación. Sin embargo, debían desterrar los huesos que fueron enterrados en el Mictlán.

Para ello, escogieron al mismo Quetzalcóatl y a su hermano Xolotl a que fueran por ellos.

Una vez reunidos los requisitos, los dioses se juntaron para la creación de la quinta era, en donde escogieron a Tecuciztecatl y Nanahuatzin, para que dieran vida al quinto sol.

Sin embargo, a pesar de que los dos eran los candidatos, solo uno de ellos podrá ser el nuevo sol.

Tecuciztecatl era pretencioso, orgulloso y egocéntrico, mientras que Nanahuatzin era humilde, decidido y valiente.

Ambos se encontraban alrededor de una gran hoguera. El elegido debería arrojarse a la hoguera para dar nacimiento al sol, y este fue Tecuciztecatl.

Después de mucho pensarlo y muchos intentos Tecuciztecatl no fue lo suficientemente valiente para poder arrojarse a la hoguera. Por otro lado, Nanahuatzin ni siquiera lo pensó y de forma inmediata se arrojó al fuego divino.

Inmediatamente, comenzó a formarse el sol, éste se veía grande, imponente y lleno de luz. Esto sin duda alguna, hizo que Tecuciztecatl se llenara de envidia y celos, por lo que quiso hacerlo lo mismo. Tomó valor y decidió adentrarse al fuego, igual que lo hizo Nanahuatzin.

Sin embargo, solo uno de ellos podía convertirse en sol, por lo que los dioses no podían permitir que coexistiesen los dos. Así que Quetzalcóatl rápidamente le arrojó a la cara un conejo que iba pasando por ahí, y aquel sol se transformó en una luna resplandeciente.

Por otro lado, el sol que había nacido no tenía movimiento alguno, por lo que no tendría el efecto necesario. Ante esto, los dioses concluyeron que debían arrojarse ellos también a la hoguera para poder hacer algo al respecto.

Una vez realizado esto, el sol se convirtió en lo que conocemos hoy en día. Y según cuenta la leyenda, esto se debió gracias al sacrificio de los dioses.

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