Leyenda La gruta de Xalapa

La gruta de Xalapa
Leyenda de La gruta de Xalapa

Xalapa es una ciudad bastante pintoresca que se encuentra rodeada de una increíble naturaleza, pero no solo por eso es que destaca, sino también por su historia e innumerables leyendas. Una de esas leyendas mexicanas es la de la gruta de Xalapa, que según dicen se trata de una cueva mágica que es capaz de llenar de riquezas a todo aquel que consiga entrar y salir de ella.

Según las historias que se cuentan, hace años atrás cuando los españoles llegaron, muchos pobladores de la localidad se escondían en las cuevas y enterraban sus riquezas en ellas. En base a eso, se divulgaron leyendas sobre personas que se hacían ricas gracias a tesoros escondidos, sin embargo, muchas de ellas tenían un alto costo.

👫 Personajes:

  • Mujer
  • La hija de la mujer.

⭐ La leyenda de la gruta de Xalapa

Esta leyenda mexicana nos cuenta la historia de una mujer humilde, que un día iba caminando cerca del cerro de Macuiltépetl pensando sobre su situación económica, puesto que no tenía nada que darle de comer a su pequeña niña, y eso le preocupaba.

Cansada por su caminata, se sentó a descansar bajo un árbol, pero de pronto notó que en los alrededores se encontraba una cueva, y al darle curiosidad, decidió entrar en ella; sin poder imaginarse lo que iba a encontrar dentro.

Pues para su sorpresa, una vez que se adentró a la cueva, vio que en ella había una gran cantidad de dinero. Ante esto, decidió volver a su casa, con el fin de esperar a que anocheciera para que nadie pudiese verla cuando regresará tan cargada.

Al caer la noche, regresó a la cueva acompañada de su hija, quien la ayudaría a cargar un poco de la riqueza que encontró. Estando allí, la mujer empezó a agarrar dinero hasta más no poder, y al ver a su hija jugando, decidió emprender dos viajes.

Primero llevaría una cierta cantidad de dinero, y luego regresaría por la niña y por la parte restante. Al hacerlo, cuando regresó de desesperó tanto al darse cuenta que ya no había nada, no encontró rastros de la cueva ni de su hija.

Fueron pasaron los meses, y no hubo un solo día en que la mujer no regresará al lugar donde estaba la cueva para tratar de entender lo que ocurría y dar con el paradero de su hija, pero nunca logró buenos resultados.

Hasta que un día, específicamente en el día de San Juan, la mujer en sus idas constantes al lugar, volvió a encontrar aquella cueva tan curiosa. Sin pensarlo dos veces, entró, y encontró a su pequeña jugando, tal cual como la había dejado aquella noche.

Rápidamente fue hacia su hija, la abrazó y la cargó para salir de la cueva con ella, pero antes de hacerlo, volvió a tomar un poco más de dinero. Luego, al salir, cuando la luz del sol tocó a la pequeña niña, ésta de desmoronó en arena.

¿Qué sucedió con la mujer? No se sabe a ciencia cierta, pero lo que si se dice es que quien permanezca durante un año en esa cueva, ya no podrá salir nunca de ella, puesto que si lo intenta, se convertirá en arena.

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