Obra sobre las consecuencias de la avaricia

El ultimo tesoro obra corta sobre la avaricia
El ultimo tesoro obra corta sobre la avaricia

El último tesoro”, es una obra teatral corta orientada a un público infantil, con la finalidad de mostrarle a los niños cuáles son las posibles consecuencias de dejarse llevar por la avaricia, en lugar de aprovechar los recursos que tienen a su alcance, en el momento adecuado y de una manera razonable.

La historia se centra en un ladrón de la época medieval llamado Samael, que vive en un mundo de fantasía donde existen monstruos enormes.

Samael es un ser avaro que solo vive para complacer su codicia, reuniendo un inmenso tesoro en una cueva custodiada por un feroz dragón.

Título: El último tesoro

Adaptación: Luigi Álvarez exclusivamente para obrasdeteatrocortas.org

✅ Obra de 6 personajes

👫 Personajes:

  • Narrador
  • Samael: un codicioso ladrón que utiliza a los demás para hacer crecer su fortuna y luego los abandona.
  • El dragón: una enorme y feroz bestia que custodia el tesoro de Samael.
  • Grael: un ladrón reclutado por Samael.
  • Damián: el líder de un grupo de ladrones conocidos como los “Tres Grandes”.
  • Josiel: uno de los “Tres Grandes”. Es la mano derecha de Damián.
  • Falavas: miembro de los “Tres Grandes”.

💰 El último tesoro

📢  ACTO 1

– Narrador: Samael era el ladrón más famoso de su época y solo los mejores ladrones conocían su nombre, pero ninguno sabía cómo lucía en realidad, todo porque siempre operaba de la misma manera, pues acostumbraba reclutar otras personas prometiéndoles grandes porcentajes del oro de cada robo, y luego no se volvía a saber nada más sobre ellos.

Una noche, cuando dos ladrones, Falavas y Josiel, estaban reunidos en una taberna, vieron a un hombre acercarse hasta la mesa de al lado, donde estaba un “colega” llamado Grael, y escucharon parte de la propuesta que le hizo…

– Samael: hola desconocido, por ahí se rumora que eres nuevo en el negocio, pero que también eres muy bueno…

– Grael (serio, intrigado y alerta): ¿y a quién le interesa lo que yo haga y por qué?

– Samael (seguro de sí mismo): entiendo… Con que no me conoces… ¡Soy Samael! ¡El mejor de todos los ladrones! ¡El del tesoro más grande! ¡El que nunca ha sido atrapado! Y solo quiero hacer un trato…

– Narrador: en ese momento, Falavas y Josiel interrumpieron a Samael y se sentaron junto a él…

– Josiel: ¡alto! Nosotros sí sabemos quién eres, y si vienes buscando gente es porque se trata de algo grande.

– Falavas: nosotros pertenecemos a los “Tres Grandes”, si nos cuentas los detalles te aseguramos un trabajo excelente.

– Samael: bueno, mientras seamos más, mucho mejor, porque sacaremos bastante oro. ¡Busquen al resto de su grupo y nos vemos mañana aquí, a la misma hora!

📢  ACTO 2

– Narrador: al salir de la taberna, Samael se escabulló entre las sombras y se fue hacia su escondite secreto en las montañas, pero estaba nervioso porque esta vez, con tantas personas, se le dificultaría llevar a cabo su acostumbrado plan, el cual consistía en engañar a sus compañeros para cargar el oro hasta una cueva, encerrarlos y dejar que su enorme dragón los devorase…

Así que pensó y pensó durante horas…

– Samael (preocupado, hablando consigo mismo y caminando en círculos en su cueva): ¿ahora qué hago? Si los traigo a todos juntos a la cueva, alguno podría escapar y contarles a todos cuál es mi estrategia…

¡Ya sé! Me detendré a mitad de camino para decirles que vamos a celebrar, les pongo esta pócima en sus bebidas, se dormirán y yo me vendré con la carreta cargada de oro, ¡y listo! Más nunca sabrán de mí, no les pienso dejar nada…

– Narrador: con su nueva treta en mente, Samael preparó todo para encontrarse con los otros seis ladrones…

📢 ACTO 3

– Narrador: al día siguiente, mientras los “Tres Grandes” y Grael esperaban a Samael, también comenzaron a armar un plan para robar las reservas de oro de su famoso colega…

– Damián (con voz autoritaria): escuchen bien compañeros, por lo que pude averiguar, Samael se lleva a sus colegas hasta un lugar secreto para repartir el oro, pero después los traiciona.

Así que el plan es seguir su juego hasta descubrir dónde tiene su escondite con el resto del tesoro, lo atamos a un árbol y lo robamos.

– Josiel: entendido jefe, seguiremos su plan.

– Falavas: como siempre, nos quedaremos con todo.

– Grael: cuenten conmigo también.

Narrador: cuando llegó Samael, les explicó a todos cómo asaltarían una de las bóvedas del reino y, efectivamente, salieron a realizar el robo…

📢 ACTO 4

– Narrador: con la experiencia de los “Tres Grandes”, el plan de Samael y la ayuda de Grael, el asalto fue un éxito, así que se dirigieron hacia la cueva donde repartirían el oro, con una carreta halada por dos caballos, pero, tal como estaba previsto, pararon a mitad de camino para celebrar…

– Samael: ¡este asalto pasará a los libros como el más grande de la historia colegas! ¡Así que levanten su copa y brindemos para celebrar!

– Damián: ¡brindemos amigos! ¡Por todo el oro de hoy, y el que tendremos mañana!

– Josiel: ¡así es! ¡Por este tesoro y los nuevos!

– Falavas: ¡brindemos por el oro!

– Grael: ¡a celebrar!

– Narrador­: Samael aparentó tomar, pero en realidad no bebió ni un sorbo, mientras el resto de los ladrones sí. A los pocos minutos todos comenzaron a sentirse mareados y a quedar inconscientes.

– Damián (molesto y tambaleándose): ¡tú Samael! ¡Avaro y egoísta! ¡Nos traicionaste!

– Falavas (apenas consciente): deténganlo… Se va a llevar nuestro oro…

– Josiel (antes de caer desmayado): algún día pagarás el precio de tu codicia…

– Samael: ¿codicia? ¡Codicia es lo que les faltó para estar a mi nivel! ¡Yo y solo yo tendré el tesoro más grande del mundo!

– Grael (antes de desmayarse): tu egoísmo y tu avaricia serán tu perdición… Traidor… Intentas tener un tesoro que nunca podrás disfrutar…

📢  ACTO 5

– Narrador: al llegar a la cueva con todo el oro, el gran dragón despertó esperando a las pobres víctimas con las que Samael solía alimentarlo.

– El dragón (con voz ronca hablando entre gruñidos): ¡WRAAAR! ¿Quién interrumpe mi sueño e invade mi morada?

– Samael: ¡Soy yo! Samael, tu amo y señor, el dueño de este gran tesoro que viene con otra fortuna para incrementar toda esta riqueza.

– El dragón (con voz ronca hablando entre gruñidos): ¡WRAAAR! ¿Dónde está mi comida?

– Samael: hoy no traje a nadie para saciar tu hambre, pero pronto te traeré un banquete. ¡Así que basta! No quiero más quejas de ti, a quien encontré, le di cobijo y alimenté por años.

– El dragón (molesto, con voz ronca hablando entre gruñidos): ¡WRAAAR! ¿Me criaste? ¡WRAAAR! ¿Qué me encontraste? ¡WRAAAR! Pequeño y egoísta tonto…

¡Tú no me encontraste! ¡Tú fuiste mi creador! ¡Soy el producto de tu excesiva avaricia! ¡WRAAAR! ¡Yo soy el dragón de la codicia que alimentaste por años! WRAAAR!

¡Llegó tu hora Samael! ¡Perecerás en mis fauces! ¡WRAAAR!

– Samael (asustado): ¡noooooo!

– Narrador: así finalizó la historia de Samael, devorado por el dragón de la codicia, un enorme monstruo que él mismo creó y alimentó durante toda su vida.

Por eso, debemos evitar comportarnos de la misma manera que Samael, y aprovechar adecuadamente los recursos necesarios, en lugar de acumular riquezas sin sentido ni compartirlas con nadie.

Fin.

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