Monologo de humor para una mujer, visita religiosa

Monologo de Humor
Monologo de Humor

Una nueva obra de teatro enviada por Ana María, en este caso un monologo de humor especial para una mujer, en el que se cuenta como por un acto de fe, concluimos en un día especial, divertido en compañía familiar y conociendo un lugar diferente que nos aporto mucha calma y felicidad. Un guion llevadero que a pesar de ser para una persona puede contar con todas las partes de una obra de teatro tal como las grandes presentaciones. Luego puedes ver todos los tipos de monólogos que existen.

Titulo de la obra: La fe nos invito a un lugar de felicidad
Autor: Ana Maria Safar

✅ Obra de 1 personajes

🎭 Monologo de humor para una mujer, visita religiosa

  • Ana

📢 ACTO I

Saben? En mi familia las mujeres somos todas devotas de la Virgen de Luján. Mi madre lo era, muy creyente. Vivía haciendo promesas y nosotras sus hijas, seguimos sus pasos.

Hete aquí que programamos un viaje con mi hermana y mi sobrina y salimos en mi auto rumbo a Lujan a cumplir con nuestras promesas establecidas en tiempos pasados. Nos guiábamos por el GPS, pero de repente sobre la autopista uno muchas veces se pierde. Y eso fue lo q nos paso. No vi el cartel que indicaba que tenia que bajar de la autopista y dirigirme hacia el Oeste y zacate, sali para cualquier lado.

Trate de buscar la subida nuevamente a la autopista y así 4 veces volví a subirla sin encontrarle la vuelta. Decidí parar el auto, contra todo riesgo que ello incluía y le pregunte a un lugareño. Obviamente me indico pal culo todo y nuevamente arriba de la autopista sin saber hacia donde ir.

Entonces sabiamente y siguiendo mis instintos, decidí que me guiaría sola y por los signos cardinales. Logre encontrarle la vuelta y ya encaminada, seguíamos disfrutando del viaje y nos reíamos a carcajadas ambas 3, ya que nos parecía un absurdo haber perdido tanto tiempo.

Llegamos a Lujan, emoción de por medio. Entramos en la Basílica, llena de gente!!! Fuimos hasta el lugar donde se encuentra la imagen de la virgencita y cumplimos con nuestro cometido.
Ya libres del motivo que nos llevo hacia ese lugar, comenzamos a buscar un lugar donde almorzar.

Preguntando y preguntando, un vendedor ambulante nos sugirió que fuésemos a comer al resto de unas monjas africanas. Leau vive o agua de la vida, así se llama el restaurante regenteado por monjas africanas. Ay, ni se imaginan lo hermoso que es ese lugar. Es muy austero pero se respira un aire de paz increíble!!!

La carta no es muy extensa, toda comida francesa. Y ahí las ves… Las monjas vestidas con trajes típicos de sus paises. Todas esbeltas y sumamente educadas. Y claro, ahí estábamos nosotras tres, en medio del silencio y con ganas de pasarla bien.

Tuvimos que hacer una larga fila para el ingreso hasta q nos fueron ubicando. En la fila primero entraron mi hermana y mi sobrina y yo quede detrás con un señor. El señor muy verborrágico, comenzó a hablarme y yo me prendí. Acababa de separarme y ese señor estaba, supuestamente, solo!!!

Claro, la charla era tan amena que no quería q me indicaran que pasara. De ultima, pensé, lo invitamos a la mesa. Fantasía va, fantasía viene, nos piden que avancemos. Seguíamos conversando hasta que ingresamos a ese salon inmenso, en donde reinaba el silencio!!!

Me olvide de ese señor y me concentré en encontrar a mi familia. Por ahí las veo y bueno, me acomodo junto a ellas en la mesa asignada. Pedimos la comanda, nos traen los platos exquisitos que sirven, y comentando sobre mi charla con este señor, observo hacia un lateral y una señora me miraba. Era la acompañante de ese señor. Ufaaaaaaaaaaa!!! En fin, tuve un ratin de esperanza.

De repente se escucha que por los parlantes sale una voz que probaba un micrófono: hola, hola!!! Nos miramos las tres y no entendíamos nada!!!

Comenzó a hablar una de las monjas y el silencio se duplico al cuadrado. Veíamos como todos tomaban un papel que estaba montado sobre la mesa y para nuestra sorpresa, la monja invitaba a rezar.

Comenzaron los rezos y nosotras no sabíamos que hacer. Nos miramos, miramos a nuestro alrededor y mi sobrina ya no se pudo contener, comenzó a reírse de una manera que no podía parar. Se contagio mi hermana y yo tuve que taparme la boca con la servilleta porque me descomponía de la risa.

Las tres en el medio de semejante salón llorando de risa sin parar y alrededor nuestro todos rezando??? Oh, que papelón!!!

Yo no sabia que hacer para contener la risa. Respire hondo , tome la tarjeta que también estaba sobre nuestra mesa e intente seguir la oración que se venia recitando pero cantándola como soprano!!!

No se imaginan lo que fue. Mi hermana se levanto y se fue al baño. Mi sobrina no podía moverse porque se pillaba de la risa. y yo seguía con mi canto.

Concluida la oración, nos calmamos y nos damos cuenta que somos objetos de observación de la mayoría de los comensales. Ni siquiera pedimos el postre y decidimos salir de ese lugar. Flor de papelón habíamos pasado.

De regreso y super relajadas, porque el lugar amerita ese relax y la risa es sanadora, me dormí manejando en la autopista.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.