Te has preguntado alguna vez cómo pudieron nacer el Sol y la Luna? Esta leyenda trata de dar respuesta a eso. Conoce cuál es la leyenda de estos dos astros y por qué no son tan diferentes como piensas.
🤱 La Leyenda del Sol y la Luna Completa
Hace mucho tiempo, la Tierra vivía sumida en una gran oscuridad. Siempre era de noche. Por eso, los dioses se reunieron en Teotihuacán, una ciudad del cielo, un día y decidieron crear al Sol, un astro que le sirviera de luz para la Tierra. Allí, encendieron una enorme hoguera y determinaron que, aquel que quisiera convertirse en el Sol, debía tirarse al fuego y quemarse para transformarse en ese astro.
Solo dos candidatos se ofrecieron. El primero de ellos era muy grande, rico, guapo y muy fuerte. Llevaba ropas de lujo con piedras preciosas. Por su parte, el segundo, era débil, feo y pobre; tenía la piel llena de costras y llagas y su ropa era de trabajo.
El primero, ofreció joyas y oro; por su parte, el segundo solo tenía para ofrecer la sangre de su corazón y sus sentimientos.
Cuando tocó el momento de arrojarse a la hoguera, el más rico se arrepintió y, debido al miedo, salió corriendo. Sin embargo, el segundo no se amilanó y se arrojó quemándose y saliendo convertido en el Sol.
Al verlo el primero, le dio tanta vergüenza que decidió hacer lo mismo, y se tiró a la hoguera, apareciendo así un segundo Sol.
Pero los dioses coincidieron en que no podía haber dos soles, así que se propusieron apagar al segundo Sol. Para hacerlo, cogieron a un conejo y lo lanzaron contra ese Sol, haciendo que su brillo disminuyera y, poco a poco, se transformara en la Luna.
Por eso se dice que en la Luna hay una figura de conejo, que sería ese animal que se ocupó de apagar al Sol que era antes la Luna.
👹 La Leyenda del Sol y la Luna Corta para niños
En el momento en el que el universo comenzaba a formarse, Dios estaba preocupado por encontrar cuál sería la mejor manera de alumbrar al mundo. Después de mucho meditarlo, se dio cuenta de que no podía existir una fuente de luz eterna, pues esto ocasionaría que las criaturas no descansaran correctamente, al no tener un sitio fresco y oscuro en el cual refugiarse.
Entonces, se le ocurrió formar dos cuerpos distintos, pero a su vez complementarios. Por ende, el sol representaría al hombre y la luna a la mujer.
Cuando por fin estuvieron formados, Dios los hizo que se vieran frente a frente. Como era de esperarse, ambos quedaron enamorados uno del otro de forma inmediata. Lo malo es que por mucho que se quisieran, sabían que no iban a estar juntos, ya que cada uno tenía una labor que cumplir.
El Sol no tardó mucho tiempo en idear una solución a ese problema. Y sin que Dios se diera cuenta, se acercó a la luna en pleno día. Fue así como surgió lo que ahora conocemos como «Eclipse Solar».
Luego de observar lo sucedido, el creador los dejó acercarse de vez en cuando, pues el amor no debe prohibirse nunca y menos cuando se trata de algo tan puro y verdadero cono el que estos dos astros se profesan desde hace millones de años.