Hoy presentamos una adaptación teatral del famoso cuento La Gallina de los Huevos de Oro, atribuido a Esopo, un fabulista de la antigua Grecia. Esta historia ha sido contada y reinterpretada a lo largo de los siglos, y en esta ocasión, la adaptamos a obra de teatro corta para el disfrute de los más pequeños.
Titulo: La gallina de los huevos de oro
Autor: Adaptado por www.obrasdeteatrocortas.org
Personajes:
- Pedro: Un granjero humilde y trabajador.
- María: La esposa de Pedro, también trabajadora y de buen corazón.
- La Gallina: Una gallina mágica que pone huevos de oro.
- Narrador: Quien guía la historia y ayuda a los personajes a reflexionar sobre sus acciones.
- Vecino: Un personaje curioso que vive cerca de Pedro y María.
- Comerciante: Un vendedor astuto que intenta aprovecharse de la situación de Pedro y María.
La gallina de los huevos de oro
Acto 1
(Narrador, Pedro y María están en el escenario. La Gallina se encuentra en un corral en una esquina del escenario)
– Narrador: Hace mucho tiempo, en un pequeño pueblo, vivían Pedro y María, una pareja de granjeros que luchaban por llegar a fin de mes.
– Pedro: (suspira) María, a veces siento que trabajamos tanto y aún así no logramos progresar.
– María: Lo sé, Pedro, pero debemos mantener la esperanza y seguir adelante.
– Narrador: Un día, mientras Pedro y María trabajaban en el campo, encontraron a una gallina muy peculiar.
Acto 2:
(Pedro y María descubren a la Gallina en el corral)
– Pedro: ¡María, mira! ¡Esta gallina acaba de poner un huevo de oro!
– María: (sorprendida) ¡No puede ser! ¡Esto cambiará nuestras vidas!
– Narrador: A partir de ese día, la Gallina comenzó a poner huevos de oro para Pedro y María, permitiéndoles vivir con comodidad y prosperidad.
– Vecino: (asomándose por la ventana) ¡Vaya! ¡Qué suerte han tenido Pedro y María! Me pregunto cómo lo lograron.
Acto 3
(Pedro y María en el mercado, encuentran al Comerciante)
– Comerciante: ¡Hola, amigos! He oído que tienen una gallina que pone huevos de oro. ¿Qué tal si me la venden?
– Pedro: (dudoso) No estamos seguros, nuestra gallina nos ha dado mucho.
– María: Sí, no podemos venderla sin pensarlo bien.
– Comerciante: De acuerdo, pero recuerden que pueden obtener mucho más si me la venden.
Acto 4
(Pedro y María empiezan a volverse codiciosos)
– Pedro: (inquieto) María, ¿y si abrimos a la Gallina para sacar todos los huevos de oro de una vez?
– María: (dudosa) No lo sé, Pedro… La Gallina nos ha dado tanto. ¿Es justo hacerle eso?
– Narrador: (dirigiéndose a Pedro y María) Recordad que la avaricia rompe el saco, y a veces es mejor ser pacientes y agradecidos.
– Pedro: (reflexionando) Quizás tengas razón, Narrador. Hemos sido bendecidos con la Gallina, y no debemos permitir que la codicia nos controle.
– María: Estoy de acuerdo. Aprendamos a ser agradecidos y a cuidar de lo que tenemos.
Acto 5
(Pedro y María deciden no vender ni abrir a la Gallina, el Comerciante vuelve)
– Comerciante: ¿Entonces, han decidido venderme la Gallina?
– Pedro: No, hemos decidido quedarnos con ella y cuidarla. No dejaremos que la avaricia nos domine.
– María: Sí, hemos aprendido a valorar lo que tenemos y a ser pacientes.
– Narrador: Y así, Pedro y María aprendieron una valiosa lección: la importancia de ser pacientes, agradecidos y humildes ante las bendiciones que recibimos.
Enseñanza del guion:
Esta obra nos enseña la importancia de ser pacientes, agradecidos y humildes ante las bendiciones que recibimos. La historia de Pedro, María y la Gallina de los Huevos de Oro nos recuerda que la codicia y la avaricia pueden llevarnos a perder lo que tenemos, en lugar de disfrutar y agradecer lo que la vida nos ha brindado. A través de esta adaptación teatral, esperamos que tanto niños como adultos reflexionen sobre la importancia de valorar lo que tienen y aprender a ser felices con ello, en lugar de siempre buscar más y correr el riesgo de perderlo todo.