Caperucita Roja y el Lobo

Obra de teatro de Caperucita roja y el lobo - guion teatral corto
Obra de teatro de Caperucita roja y el lobo – guion teatral corto

¡Bienvenidos al mágico mundo del teatro infantil! Presentamos un guion completo de la obra de Caperucita Roja, una adaptación fiel y emocionante del clásico cuento de los Hermanos Grimm, especialmente diseñada para ser representada por niños de primaria. Esta obra de teatro corta de Caperucita y el lobo invita a los pequeños actores y al público a adentrarse en una aventura inolvidable.

Acompañen a la dulce y valiente Caperucita Roja en su viaje por el bosque para visitar a su querida Abuelita. Descubran cómo el astuto Lobo Feroz intenta engañarla con sus artimañas y cómo, finalmente, la intervención del Cazador Valiente trae un final feliz. Esta es una historia atemporal sobre la importancia de la obediencia, los peligros de confiar en desconocidos, la astucia para superar los obstáculos y el coraje que reside hasta en el corazón más joven.

Este guion de Caperucita Roja para niños de primaria está cuidadosamente dividido en cinco actos, facilitando su montaje y comprensión. Incluye diálogos sencillos y amenos, junto con comentarios de un narrador que guiará la representación, conectando las escenas y añadiendo un toque de magia a la narración.

Preparar esta obra de teatro infantil de Caperucita Roja es una oportunidad maravillosa para que los niños exploren su creatividad, desarrollen habilidades de expresión oral y corporal, y aprendan valiosas lecciones de vida de una forma divertida y participativa. ¡Que se abra el telón y comience la función en el bosque encantado! La estructura detallada y la fidelidad a la versión de Grimm buscan satisfacer la necesidad de un recurso completo y bien organizado, destacando frente a adaptaciones más breves o menos estructuradas.

Titulo de la obra: Caperucita Roja y el Lobo
Autor: Hermanos Grimm

 Obra de 5 Personajes:

  • CAPERUCITA ROJA: Una niña alegre, cariñosa y obediente, muy conocida por la caperuza roja que siempre lleva, regalo de su abuelita.
  • LA MAMÁ: Una madre atenta y preocupada, que busca proteger a su hija y cuidar de su propia madre.
  • LA ABUELITA: Una anciana dulce y amable que vive sola en una acogedora casita en medio del bosque.
  • EL LOBO FEROZ: Un personaje astuto, con mucha hambre y planes maliciosos para engañar a Caperucita y a su Abuelita.
  • EL CAZADOR VALIENTE: Un hombre fuerte, decidido y protector, siempre alerta para ayudar a quienes lo necesiten en el bosque.

Caperucita roja – Obra de teatro corta

  Acto 1 – El Encargo de Mamá

Escenario: La acogedora cocina de la casa de Caperucita Roja. Una mesa, algunas sillas. Quizás una ventana por donde entra la luz.

(Al levantarse el telón, LA MAMÁ está terminando de colocar cosas en una cesta. CAPERUCITA ROJA entra alegremente.)

NARRADOR: Había una vez, en una casita cerca del bosque, una niña muy buena y querida por todos. Su abuelita le había hecho una caperuza de terciopelo rojo que le sentaba tan bien, que todos la llamaban Caperucita Roja. Un día, su mamá la llamó.

MAMÁ: Caperucita, hijita, tu abuelita no se siente muy bien hoy. He preparado esta cesta con un delicioso pastel y un tarrito de miel para que se anime. ¿Podrías llevárselo?

CAPERUCITA ROJA: ¡Claro que sí, mamá! ¡Me encanta ir a ver a la abuelita! (Toma la cesta con una sonrisa). ¿Está muy enferma?

MAMÁ: Solo un poco resfriada, pero estos dulces le harán bien. Escucha con mucha atención, Caperucita: ve derechito por el sendero del bosque. No te entretengas recogiendo flores ni jugando, y lo más importante: no hables con ningún desconocido. ¿Has entendido bien?

CAPERUCITA ROJA: Sí, mamá. Iré directa por el sendero, no me desviaré y no hablaré con extraños. ¡Te lo prometo!

MAMÁ: Así me gusta, mi niña obediente. Dale un beso muy grande a la abuelita de mi parte y dile que se mejore pronto. ¡Ten mucho cuidado en el camino!

CAPERUCITA ROJA: ¡Adiós, mamá! (Sale con la cesta).

NARRADOR: Y así, con la cesta llena de cosas ricas y el corazón contento, Caperucita Roja se despidió de su mamá y emprendió el camino hacia la casa de su abuelita. El sol brillaba entre los árboles y los pajaritos cantaban sus melodías más alegres. ¡Parecía un día perfecto para un paseo por el bosque!

(Cae el telón o se oscurece el escenario.)

  Acto 2 – El Encuentro con el Lobo

Escenario: Un sendero en el bosque. Se ven árboles altos y frondosos. A un lado del camino, algunas flores silvestres de colores vivos.

(Al levantarse el telón, CAPERUCITA ROJA camina alegremente por el sendero, tarareando una canción. De repente, de detrás de un árbol grande, aparece EL LOBO FEROZ. Tiene una sonrisa astuta y mira fijamente la cesta de Caperucita.)

NARRADOR: Caperucita Roja caminaba feliz por el bosque, disfrutando del aire fresco y el canto de los pájaros. Pero no sabía que alguien la estaba observando desde las sombras…

LOBO FEROZ: (Con voz melosa y amigable) ¡Buenos días, hermosa niña de la caperuza roja! ¿A dónde te diriges tan temprano y tan solita por este bosque tan grande?

CAPERUCITA ROJA: (Se detiene, un poco sorprendida. Recuerda las palabras de su mamá, pero el lobo parece amable) Buenos días, señor Lobo. Voy a casa de mi abuelita, que vive al otro lado del bosque. Está un poquito enferma y le llevo esta cesta con pastel y miel.

LOBO FEROZ: ¡Oh, qué niña tan buena y considerada eres! ¡Seguro que tu abuelita se pondrá muy contenta! Dime, pequeña, ¿vive muy lejos tu abuelita?

CAPERUCITA ROJA: No mucho. Su casita está justo después de pasar aquellos tres grandes robles, al final de este mismo sendero. Es una casita muy bonita con un tejado rojo.

LOBO FEROZ: (Relamiéndose disimuladamente) Ya veo, ya veo… ¡Qué bien! Oye, Caperucita, he visto unas flores preciosas un poco más adentro del bosque, junto a aquel arroyo. ¿No crees que a tu abuelita le encantaría recibir un ramo de flores frescas además del pastel? Harían juego con tu linda caperuza.

CAPERUCITA ROJA: (Mira hacia donde señala el Lobo. Las flores son realmente bonitas) ¡Oh, qué idea tan buena, señor Lobo! A la abuelita le encantan las flores. Mi mamá me dijo que no me entretuviera, pero… solo será un momentito.

LOBO FEROZ: ¡Claro, un momentito nada más! Yo tengo un poco de prisa, así que seguiré mi camino. ¡Que tengas un buen día, Caperucita! (El Lobo hace una reverencia y se aleja rápidamente por el sendero, pero luego toma un atajo escondido entre los árboles).

NARRADOR: El astuto lobo había engañado a Caperucita. Mientras ella, olvidando por un instante la promesa hecha a su madre, se desviaba del camino para recoger las flores más bonitas, el lobo corría a toda velocidad por un atajo que solo él conocía, directo hacia la casa de la abuelita. ¡Tenía un plan muy malvado!

(Caperucita se inclina a recoger flores. Cae el telón o se oscurece el escenario.)

  Acto 3 – La Trampa del Lobo

Escenario: Primero, el exterior de la casa de la Abuelita (una puerta). Luego, el interior: una habitación sencilla con una cama, una mesita de noche y una silla.

(Al levantarse el telón, EL LOBO FEROZ llega jadeando a la puerta de la casa de LA ABUELITA. Mira a su alrededor para asegurarse de que nadie lo ve y golpea la puerta: Toc, toc, toc.)

NARRADOR: El lobo, más rápido que el viento, llegó a la casita de la abuela. Se detuvo un momento para recuperar el aliento y, con una sonrisa maliciosa, llamó a la puerta.

ABUELITA: (Desde dentro, con voz débil y temblorosa) ¿Quién llama a mi puerta? ¿Quién es?

LOBO FEROZ: (Afinando la voz, tratando de imitar a Caperucita Roja) Soy yo, abuelita, ¡tu Caperucita! Te traigo un delicioso pastel y un tarrito de miel que te manda mi mamá, y un gran ramo de flores que recogí para ti en el bosque.

ABUELITA: ¡Oh, Caperucita, querida nieta mía, qué alegría! Entra, entra, la puerta está sin cerrojo. Estoy en la camita y no me siento con fuerzas para levantarme hoy.

LOBO FEROZ: (Empuja la puerta lentamente y entra sigilosamente. Ve a la Abuelita en la cama. Con su voz natural y grave, dice triunfante) ¡Pues ahora te levantarás para siempre, abuelita! (El Lobo se abalanza sobre la cama. Se puede simular que “devora” a la Abuelita cubriéndola rápidamente con una manta y haciendo ruidos de masticar, o que la esconde rápidamente en un armario o detrás de un biombo).

LOBO FEROZ: (Relamiéndose) ¡Mmmm, qué aperitivo tan sabroso! ¡Esta abuelita estaba deliciosa! Ahora, a prepararme para el plato principal: ¡Caperucita Roja! (El Lobo busca rápidamente entre las cosas de la Abuelita. Encuentra un gorro de dormir y unas gafas, se los pone. Se mete en la cama y se tapa con la colcha hasta la nariz, dejando solo visibles los ojos brillantes y las orejas puntiagudas).

NARRADOR: ¡Pobre abuelita! El lobo malvado la había engañado y devorado sin piedad. Rápidamente, el muy bribón se disfrazó con la ropa de la anciana y se acurrucó en la cama, esperando con impaciencia la llegada de la inocente Caperucita Roja. La trampa estaba lista.

(El Lobo se acomoda en la cama, intentando parecer una abuelita enferma. Cae el telón o se oscurece el escenario.)

  Acto 4 – ¡Qué Ojos Tan Grandes Tienes!

Escenario: El interior de la casa de la Abuelita, en el dormitorio. EL LOBO FEROZ está en la cama, disfrazado de Abuelita, tapado hasta la nariz.

(Al levantarse el telón, se oyen unos golpes suaves en la puerta: Toc, toc, toc. Es CAPERUCITA ROJA, que llega con su cesta y un ramo de flores.)

NARRADOR: Poco después, Caperucita Roja llegó a la casa de su abuelita. Había recogido un hermoso ramo de flores y estaba ansiosa por verla. Llamó a la puerta con suavidad.

CAPERUCITA ROJA: (Desde fuera) ¡Abuelita, soy yo, Caperucita! ¿Puedo pasar? Te traigo pastel, miel y estas lindas flores.

LOBO FEROZ: (Con voz falsamente dulce y temblorosa, imitando a la Abuelita) Pasa, pasa, mi nietecita querida. La puerta está abierta, estoy en la camita.

CAPERUCITA ROJA: (Entra y se acerca a la cama. Deja la cesta y las flores en una mesita. Observa al Lobo con extrañeza, pues la habitación está un poco oscura y su “abuela” se ve diferente). ¡Hola, abuelita! ¿Cómo te sientes? Te traje… (Se interrumpe, mirando fijamente al Lobo). Abuelita, ¡qué ojos tan grandes tienes!

LOBO FEROZ: (Con su voz disfrazada) Son para verte mejor, mi niña.

CAPERUCITA ROJA: Y abuelita, ¡qué orejas tan grandes tienes!

LOBO FEROZ: Son para oírte mejor, tesoro mío.

CAPERUCITA ROJA: Y abuelita, ¡qué manos tan grandes tienes!

LOBO FEROZ: Son para abrazarte mejor, mi dulce Caperucita.

CAPERUCITA ROJA: (Retrocediendo un paso, con un poco de miedo en la voz) Pero abuelita, abuelita… ¡qué boca tan terriblemente grande tienes!

LOBO FEROZ: (Saltando de la cama y quitándose el gorro, revelando su verdadera identidad con una voz estruendosa) ¡ES PARA COMERTE MEJOOOR! (El Lobo se abalanza sobre CAPERUCITA ROJA. Se simula que la “devora” de un bocado, quizás cubriéndola con la misma manta que usó para la Abuelita).

NARRADOR: ¡Y el lobo feroz, sin piedad alguna, también se tragó a la pobre Caperucita Roja! Con la barriga tan llena después de semejante festín, el lobo se sintió muy, muy cansado. Bostezó, se echó de nuevo en la cama de la abuelita y, al poco rato, ¡comenzó a roncar tan fuerte que las paredes de la casita temblaban y las ventanas vibraban!

(El Lobo ronca ruidosamente en la cama. Cae el telón o se oscurece el escenario.)

  Acto 5 – Rescate y Lección Aprendida

Escenario: El interior de la casa de la Abuelita. EL LOBO FEROZ duerme profundamente en la cama, roncando muy fuerte.

(Al levantarse el telón, se oyen los ronquidos del Lobo. Al poco rato, entra EL CAZADOR VALIENTE, con aspecto de estar patrullando el bosque. Lleva un hacha de juguete o unas tijeras grandes de cartón.)

NARRADOR: Por casualidad, un valiente Cazador pasaba cerca de la casita de la abuela. Oyó unos ronquidos tan fuertes y extraños que pensó: “¡Qué raro ronca la viejecita! Debo entrar a ver si necesita algo”. Así que se acercó y miró por la ventana.

CAZADOR VALIENTE: (Mirando por la ventana imaginaria, luego entrando con cautela) ¡Pero bueno! ¡Qué ronquidos tan escandalosos para una abuelita! (Ve al Lobo en la cama, con la panza muy hinchada). ¡Ajá! ¡Conque eras tú, viejo lobo bribón! ¡Y qué barriga tan llena tienes! Seguro que te has comido a la pobre abuelita… ¡y quizás a alguien más! ¡Esto no puede quedar así!

NARRADOR: El Cazador pensó en dispararle, pero luego se dio cuenta de que quizás la abuela y Caperucita aún estaban vivas dentro de la barriga del lobo. Así que, con mucho cuidado y unas tijeras grandes que llevaba, comenzó a abrir la panza del lobo dormido.

(El Cazador se acerca al Lobo y simula cortar su barriga con las tijeras de cartón.)

CAPERUCITA ROJA: (Asomando la cabeza primero, y luego saliendo de la “barriga” del Lobo – puede ser de debajo de la manta que lo cubre – tosiendo un poco y parpadeando). ¡Oh, qué oscuro y qué susto he pasado ahí dentro! ¡Gracias, gracias, señor Cazador, por salvarnos!

ABUELITA: (Saliendo también, un poco mareada pero aliviada) ¡Y yo que creía que era mi fin! ¡Mil gracias, valiente Cazador! ¡Nos ha devuelto la vida!

CAZADOR VALIENTE: ¡No hay de qué, buena mujer y pequeña Caperucita! ¡Me alegro de haber llegado a tiempo! Pero a este lobo malvado hay que darle un buen escarmiento para que no vuelva a hacer daño. Caperucita, ayúdame a llenar su barriga con estas piedras pesadas del jardín.

(Caperucita y el Cazador simulan recoger piedras y meterlas en la “barriga” del Lobo. Luego, el Cazador simula coserla. El Lobo se despierta, se queja, intenta levantarse, pero las piedras le pesan mucho.)

LOBO FEROZ: (Despertando, adolorido y confundido) ¡Ay, qué pesadez siento! ¡Uf, mi barriga! ¡Creo que he comido demasiadas abuelitas y niñas hoy! (Intenta correr, pero tropieza y cae pesadamente, o huye del escenario con mucha dificultad, quejándose). ¡Nunca más volveré a este bosque!

CAPERUCITA ROJA: (Abrazando a su Abuela y luego dirigiéndose al Cazador) ¡Muchísimas gracias, señor Cazador! ¡He aprendido una lección muy importante! Siempre, siempre obedeceré a mi mamá y nunca más me detendré a hablar con extraños en el bosque, por muy amables que parezcan.

ABUELITA: ¡Esa es mi niña inteligente! Y ahora que estamos todos a salvo y el lobo se ha ido, ¡celebremos con el delicioso pastel que trajiste! ¡Y usted, valiente Cazador, está invitado!

CAZADOR VALIENTE: ¡Será un placer, abuelita! ¡Me encantan los pasteles!

NARRADOR: Y así fue como Caperucita Roja y su Abuelita se salvaron gracias a la astucia y valentía del Cazador. El lobo, con la barriga llena de piedras, no volvió a molestar a nadie en aquel bosque. Caperucita aprendió que siempre hay que escuchar los buenos consejos de los mayores y tener mucho cuidado con los desconocidos. Y todos juntos, comieron pastel, bebieron leche y celebraron que el peligro había pasado. ¡Y vivieron muy felices para siempre!

(Todos sonríen. Caperucita, la Abuelita y el Cazador pueden simular que comen pastel. Cae el telón final.)

Sugerencias para la Puesta en Escena

Para llevar esta obra de “Caperucita Roja” al escenario con niños de primaria, se pueden considerar las siguientes sugerencias, buscando siempre la simplicidad, la creatividad y el bajo costo, lo que facilita su producción en entornos escolares con recursos limitados.

Escenografía Sencilla y Modular:

  • Acto I (Casa de Caperucita): Un fondo pintado o una tela que sugiera el interior de una cocina puede ser suficiente. Se puede incluir una mesa pequeña y una silla. Una ventana dibujada o recortada en el fondo añade un buen detalle.
  • Acto II (Bosque): Se pueden utilizar árboles hechos de cartón pintado o simplemente telas verdes y marrones colgadas para simular el bosque. Flores de papel, tela o plástico pueden colocarse a los lados del “sendero”.
  • Actos III, IV, V (Casa de la Abuelita): Un fondo similar al de la casa de Caperucita, pero con una cama como elemento central. Una mesita de noche y quizás una silla pequeña completan la escena. La misma estructura base puede adaptarse cambiando algunos elementos decorativos.

Vestuario Básico, Reconocible y Creativo:

  • Caperucita Roja: Un vestido sencillo (rojo, blanco o de flores) y su indispensable caperuza roja, que puede ser confeccionada con fieltro o una tela económica. Una pequeña cesta de mimbre o cartón.
  • La Mamá: Ropa de casa cotidiana, como una falda y una blusa, quizás con un delantal.
  • La Abuelita: Un camisón largo y claro, un gorro de dormir. Se le pueden añadir unas gafas de juguete para caracterizarla mejor.
  • El Lobo Feroz: Ropa oscura (marrón, gris o negra). Se pueden añadir orejas y una cola hechas de fieltro o cartulina y sujetas a una diadema y un cinturón respectivamente. Un poco de maquillaje sencillo en la nariz (negro) y quizás algunos “bigotes” pintados pueden completar el look.
  • El Cazador Valiente: Ropa que sugiera un explorador o trabajador del bosque: camisa a cuadros, pantalones oscuros, un chaleco (opcional) y un sombrero. Puede llevar un hacha de juguete hecha de cartón o una escopeta de juguete (siempre con supervisión y asegurándose de que sea apropiada para el entorno escolar).

Música y Efectos de Sonido (para ambientar):

La música y los sonidos pueden enriquecer enormemente la representación.

  • Música Alegre: Para las escenas donde Caperucita camina feliz por el bosque o para el final feliz.
  • Música de Suspense Suave: Cuando aparece el Lobo o durante los momentos de tensión.
  • Efectos de Sonido: Ronquidos fuertes y exagerados para el Lobo dormido (pueden ser grabados o hechos en vivo). Sonido de golpes en la puerta. Canto de pájaros para ambientar el bosque.
  • Canciones: Opcionalmente, se pueden incorporar canciones cortas y sencillas que los personajes puedan cantar, especialmente Caperucita mientras camina por el bosque.

Utilería Esencial y Fácil de Conseguir:

  • Cesta para Caperucita.
  • Pastel de utilería (puede ser de cartón pintado o plastilina).
  • Tarro de “miel” (un frasco vacío y limpio).
  • Flores (de papel, tela o plástico).
  • Tijeras grandes de cartón para el Cazador.
  • “Piedras” ligeras (hechas de papel arrugado pintado de gris, bolas de tela o espuma).
  • Manta o colcha para la cama de la Abuelita y para simular que el Lobo “devora” a los personajes.

Estas sugerencias buscan facilitar la puesta en escena, permitiendo que los niños se enfoquen en la interpretación y la diversión, y que los educadores puedan montar la obra sin necesidad de grandes inversiones. La creatividad en el uso de materiales reciclados también puede ser un componente educativo adicional.

Moraleja de la Obra

Esta entrañable obra de teatro de “Caperucita Roja”, basada en el cuento de los Hermanos Grimm, nos deja varias enseñanzas importantes que los niños pueden llevar consigo:

  1. La Importancia de la Obediencia: El mensaje principal que resuena a lo largo de la historia es la necesidad de escuchar y obedecer los buenos consejos de nuestros padres y mayores. La mamá de Caperucita le advirtió claramente que no se desviara del camino y que no hablara con extraños. Al olvidar estas advertencias, Caperucita se puso en grave peligro. Esta obra subraya que las reglas y consejos de los adultos suelen estar motivados por el amor y el deseo de protegernos.
  2. No Confiar en Desconocidos: El encuentro de Caperucita con el Lobo nos enseña una lección crucial sobre la prudencia. Aunque el Lobo se mostró amable y zalamero al principio, sus intenciones eran malvadas. Esto nos recuerda que las apariencias pueden engañar y que no debemos confiar ciegamente en personas que no conocemos, por muy simpáticas que parezcan. Es fundamental ser cautelosos y no compartir información personal con extraños.
  3. Las Consecuencias de la Desobediencia y la Recompensa de la Prudencia: La historia muestra cómo la desobediencia inicial de Caperucita la llevó a una situación peligrosa. Sin embargo, al final, también aprende la lección. La segunda parte del cuento original de los Grimm (a menudo omitida, pero relevante en espíritu) muestra a Caperucita actuando con más astucia en un encuentro posterior con otro lobo, demostrando que ha interiorizado la enseñanza.
  4. La Valentía y la Ayuda Inesperada: A pesar del peligro, la historia también tiene un mensaje de esperanza. La figura del Cazador Valiente representa la ayuda que puede llegar cuando más se necesita, y cómo la valentía y la acción decidida pueden resolver situaciones difíciles. También nos enseña que, incluso después de cometer un error, siempre hay oportunidad de aprender y ser rescatado.

En Conclusión:

Caperucita roja en el bosque encantado es más que un simple cuento; es una ventana a importantes lecciones de vida. Nos invita a ser prudentes, a valorar los consejos de quienes nos cuidan, a no dejarnos engañar por las apariencias y a recordar que, incluso en los momentos más oscuros, la valentía y la bondad pueden prevalecer. ¡Una historia para reflexionar y disfrutar en familia o en el aula!

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