Obra sobre la soberbia y la humildad en los niños

Obra sobre la soberbia y la humildad en los niños
Obra sobre la soberbia y la humildad en los niños

Ricardo, el niño que desea finales felices” consiste en una pieza teatral que relata la historia del pequeño Ricardo, un infante rico que siempre ha tenido todo.

El menor tiene una actitud soberbia, se cree el mejor y menosprecia aquellos que no son de su misma clase social, sin embargo, durante una visita al cine ocurrirá un hecho que lo hará cambiar de perspectiva.

Esta historia está inspirada en un cuento infantil, por ello, hemos hecho una adaptación compuesta de cuatro actos completos, para el entretenimiento de los más pequeños.

Si quieres aprender a hacer estas adaptaciones lee nuestra guía sobre como adaptar cuentos a obras de teatro.

Título: Ricardo, el niño que desea finales felices.

Adaptación: Daniela Veracierta Ruiz exclusivamente para obrasdeteatrocortas.org

✅ Obra de 7 personajes

👫 Personajes:

  • Narrador
  • Ricardo Monterrey: es un niño de diez años, rico de cuna.
  • María Rodríguez: cuidadora de Ricardo.
  • Adrián Escalona: también es un pequeño de la misma edad que Ricardo, pero pobre.
  • Carlos: padre de Adrián.
  • Linda: Madre de Adrián.
  • Gustavo Arredondo: hombre rico de 47 años.

🙂 Ricardo, el niño que desea finales felices

📢 ACTO 1

Narrador: Ricardo esperaba con ansías que fuera mañana para ver el estreno de una película animada en el cine.

–Ricardo Monterrey: ¡si mañana voy a ver la película!

–María Rodríguez: recuerda que debes hacer las tareas.

–Ricardo Monterrey: ¡puedo ir al colegio sin hacerla, al final mis padres tienen dinero y no tengo nada de qué preocuparme!

–María Rodríguez: porque tengan dinero, no significa que dejes de estudiar, al contrario, tus padres se molestarían mucho de que reprobaras.

–Ricardo Monterrey: ¡ay ya María, está bien dentro de un rato las hago!

📢 ACTO 2

Narrador: al día siguiente Ricardo ya estaba listo para ir al cine, la función empezaba a las 14:00 horas, estaba muy emocionado.

–Ricardo Monterrey: ¡María no te tardes para estar de primeros en la sala del cine!

–María Rodríguez: tranquilo pequeño, estoy lista.

Narrador: de camino al centro comercial había una larga cola en la autopista por trabajos en la vía. Llegaron tarde, cuando María y Ricardo iban a comprar la entrada ya no quedaba, la última fue vendida a un niño pobre llamado Adrián.

–Ricardo Monterrey: ¡niño dame esa entrada!

–Adrián Escalona: ¿por qué, si yo la compré primero?

–Ricardo Monterrey: porque tú no deberías estar aquí, es un lugar para niños con dinero.

–Adrián Escalona: mis padres hicieron el esfuerzo de regalarme esta entrada, no voy a perderla por tu capricho.

Narrador: en ese momento paso Gustavo Arredondo, un espectador que iba a ver la película, él observó el conflicto que ocurría entre los pequeños y decidió intervenir.

–Gustavo Arredondo: ¡niños paren, no deben discutir!

–Adrián Escalona: él comenzó señor.

–Ricardo Monterrey: este niño pobre no debe estar aquí, yo quería ver la película y él se llevó la última entrada.

–Gustavo Arredondo: porque sea pobre no significa que no pueda verla, deja de pelear con él. Aquí tengo una entrada adicional, ten toma y déjalo en paz.

Narrador: luego todos entraron a la sala de cine, cada quien tomo asiento en su puesto preferido.

📢 ACTO 3

Narrador: la película comenzó y Ricardo estaba muy concentrado en el film, el cual trataba de un infante que paso varías circunstancias infortunadas como ser huérfano junto a sus nueve hermanos, tras perder a sus padres en un accidente de tránsito.

Después fue adoptado por sus tíos que solo lo querían por su dinero, sin embargo, ocurrió un incendio ellos fallecieron y la casa se quemó.

El protagonista como era el mayor tuvo que trabajar desde joven para mantener a sus hermanos menores, ya que la fortuna de sus padres se volvió nada.

–Ricardo Monterrey: (grito con nostalgia) ¡no, no puede ser!

–María Rodríguez: ¡cálmate mi niño! ¿Qué pasa?

–Ricardo Monterrey: María me siento como el protagonista de la película.

–María Rodríguez: ¿por qué dices eso?

–Ricardo Monterrey: siempre pensando en mí y despreciando a los demás. El protagonista de la película lo tuvo todo y perdió todo al mismo tiempo. Me arrepiento como trate al niño de la entrada.

–María Rodríguez: me alegro que hayas recapacitado, todos somos iguales y no debemos discriminar por color de piel, estatus social o género, entonces lo mejor que puedes hacer es pedirle disculpas.

–Ricardo Monterrey: ok María eso haré, gracias.

📢 ACTO 4

Narrador: la película terminó, Ricardo al salir se encontró nuevamente con el niño, le pidió disculpas por su comportamiento.

–Ricardo Monterrey: ¡oye niño, si tú, discúlpame!

–Adrián Escalona: ¿no es una broma, porque gente de tu clase acostumbra hacerlo?

–Ricardo Monterrey: no, está película me hizo reflexionar y no estuvo bien como me comporté.

–Adrián Escalona: ok acepto tus disculpas.

Narrador: en ese momento llegaron los padres de Adrián Escalona, su madre estaba en silla de ruedas porque estaba enferma.

–Carlos: hola hijo ¿Cómo te fue?

–Adrián Escalona: bien padre, estuvo buena la película.

–Linda: me alegro que te hayas divertido mi niño, te lo merecías.

–Carlos: ¿y este niño quién es, un compañero de clases?

–Ricardo Monterrey: hola, no somos compañeros de clases, lo conocí aquí.

Por cierto, me alegro que sean una familia unida, si necesitan alguna ayuda médica mis padres pueden colaborar con ustedes ya que son dueños de una clínica.

–Carlos: mucho gusto pequeño, ¿enserio? ¡ay que buena noticia! Mi esposa necesita ser operada urgente, pero estamos reuniendo el dinero.

–Ricardo Monterrey: ¡tranquilo señor, yo hablo con ellos!

–Adrián Escalona: gracias de verdad, mi madre lo necesita.

–Adrián Escalona: no hay que agradecer, entre todos debemos ayudarnos.

–María Rodríguez: Así es mi niño.

Narrador: todos se despidieron. Luego Ricardo al llegar a casa les contó a sus padres lo que había sucedido con Adrián, además, de la situación familiar que atravesaba él.

Al día siguientes llamaron al señor Carlos de la clínica para que llevara a su esposa para operarla, ellos se alegraron por la gran noticia.

Desde aquella vez Ricardo tomó conciencia de respetar a todos por igual y de ayudar a quien más lo necesita, pues ya no era un niño vanidoso.

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