Mi pequeña Nataly

Mi pequeña Nataly obra teatro corta padre hija
Mi pequeña Nataly obra teatro corta padre hija

Esta es una obra de teatro corta escrita por Fabián Choque ( biografía), quien ha colaborado antes en el sitio con textos como “Esto es un asalto” y “El amor no basta“. Si piensas usar alguna de las obras del sitio para representar no olvides tomar fotos o video y compartirlo en nuestra página de facebook. Nos encantaría verlo.

Título: Mi pequeña Nataly
Autor: Fabián Choque

Obra corta de 5 personajes

Personajes:

  • El narrador
  • La hija
  • El padre
  • El anciano
  • El hada

Escenario: El cuarto de un joven.

(Aparece el narrador, se sienta en su escritorio, abre su cuaderno y comienza a escribir)
 
– El narrador: (Piensa por un momento con el lápiz en la boca)…Mmm ¡Lo tengo! (Comienza a escribir) Érase una vez, había una chica llamada Natalie. (Aparece Nataly mientras habla) Ella era una muchacha bonita, (Modela como niña) dulce, gentil y amable (Nataly camina) De repente, aparece un hombre, era su papá quién viene a hablar con ella, le dijo…

– El padre: ¡Natalie! (La abraza mientras sonríe)

– Natalie: ¡Papá! (Se separan)

– El padre: (Sin soltarla de los brazos) ¡Te dije que no vaya demasiado lejos!

– Natalie: ¡Lo sé papá, pero me gustaría ir (Extiende los brazos y mira hacia arriba mientras sonríe) a conocer todo el mundo!

– El padre: ¡Pero recuerda que en el mundo hay muchos peligros!

– Natalie: Lo sé, papá.

– El padre: Por lo tanto, no puedes alejarte de mí, ¿Está bien?

– Natalie: (Con mirada cabizbaja) Está bien.

– El narrador: Luego, se vuelven a abrazar (Abraza a su padre) Después de eso, él se va seguro que su hija ha entendido el mensaje. (El narrador piensa durante unos segundos) Después de eso, Nataly siguió jugando. De repente apareció un anciano con un bastón, la vio y se le acercó.

– El anciano: Perdone, niña.

– Natalie: (Se da la vuelta rápidamente) ¡Sí, señor!

– El anciano: Lo siento, pero… ¿Me podrías ayudar a encontrar esta dirección? (Le muestra una hoja de papel)

– Natalie: Ok… (Lee el papel) ¡Este lugar está cerca de aquí! (Le señala la dirección)

– El anciano: ¿Puedes llevarme allí?

– Natalie: (Sonríe) Lo siento, pero mi papá me dijo que me quedara aquí.

– El anciano: ¡Por favor! Será rápido.

– Narrador: (Nataly le vio por un momento) (Responde con voz dudosa) Ok, señor vamos.

– El anciano: ¡Oh, muchas gracias! (La abraza mientras pone una expresión de maldad)

– Narrador: Ella los acompañó sin saber que el viejo no era la que pensaba (Salen de escena) Varios minutos después, aparece su padre muy preocupado de encontrar a su hija.

– El padre: (Grita mirando a todos lados) ¡Nataly! ¡Nataly!

– Narrador: Pero no la llega a encontrar. Triste, sale a buscarla por todas los partes (Sale del escenario) Varias horas más tarde, aparece Nataly llorando muy asustada.

– Natalie: ¿¡Dónde estoy? ¡Me he perdido! (Mira hacia arriba) ¡¡¡Que alguien me ayude!!!

– Narrador: De repente, aparece un hada dispuesto a ayudarla. Entra dando vueltas y saltando como bailarina de ballet.

– El hada: (Acariciando sus cabellos) Hola Nataly.

– Natalie: (Sorprendida) Pero, ¿¡Quién eres tú?

– El hada: (Extiende sus brazos y da una vuelta entera) Yo… soy un hada; estoy aquí porque quiero.

– Natalie: (Muestra una gran sonrisa) ¿¡En serio!?

– El hada: Así es (Acaricia sus mejillas). Sin embargo, no deberías escuchar a extraños, es muy peligroso.

– Natalie: Sí (baja la cabeza) aprendí la lección.

– El hada: Mmm… Ok, ¿Qué deseas?

– Natalie: Quiero estar con mi papá.

– El hada: Muy bien (levanta su varita) ¡Qué se cumpla tu deseo! (Coloca su varita encima de la cabeza de Nataly)

– Narrador: En ese momento, alguien comienza a gritar su nombre.

– El padre: ¡Natalie! ¡Natalie!

– Natalie: (Mira al hada) ¡Es él!

– El hada: Sí, ¡Anda!

– Narrador: Mientras Natalie va con su papá, el hada se retira. Natalie ve a su papá y lo abraza.

– El padre: ¡Natalie! ¿¡Pero, ¿dónde has estado!?

– Natalie: ¡Lo siento papá! No debí desobedecerte, te prometo que nunca más lo haré.

– El padre: No te preocupes, hija. Lo importante es que estás bien (La abraza)

– Natalie: (Para sí misma) Gracias de hada, muchas gracias.

– Narrador: Desde ese día, Nataly aprendió una gran lección, que nunca se debe hacer caso a los extraños.

Fin

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