La Divina Comedia es una extraordinaria obra ideada por el afamado poeta florentino, Dante Alighieri, quien, por medio de una épica aventura, plasmó la imagen más detallada que algún autor haya podido dar sobre el infierno.
La historia narra el fantástico viaje del espíritu de Dante a través del averno y el purgatorio hasta llegar al paraíso, el destino que debió conocer antes de regresar al plano terrenal.
En el texto original se describen los distintos círculos de estos dos lugares, donde se distribuyen las almas condenadas y penitentes, sin embargo, en esta oportunidad te dejamos un resumen de la travesía del protagonista, con una adaptación teatral corta, pero igual de impactante de La Divina Comedia.
Título de la obra: La Divina Comedia
Autor: Dante Alighieri
Adaptación: Luigi Álvarez exclusivamente para obrasdeteatrocortas.org. Para poder reproducir este guion debes citarnos como fuente.
La Divina Comedia
Personajes:
- Narrador
- Dante: poeta que viaja a través del infierno
- Virgilio: poeta y guía de Dante durante su aventura
ACTO 1
Narrador: después de caer en un sueño profundo, Dante se encontró en medio de una selva tenebrosa de la cual, temeroso, corría desesperado para escapar.
Pero apenas consiguió salir de aquel espeluznante lugar, quedó rodeado por tres bestias hambrientas que le impedían continuar y, tras ellas, se alzaba la sombra de un hombre observándolo con inusual interés.
-Dante: (asustado) ¡¿cómo pude llegar a este pavoroso sitio?!
– ¿De dónde salieron este león, esta pantera y este lobo, tan ansiosos por devorarme?
– ¡Oh, mi Dios! ¿Acaso morí?, ¿es esta la puerta del infierno?
-Virgilio: no es ni muerte ni infierno, es una prueba que nadie se atrevería a enfrentar y quien lo hiciera, se arriesgaría a evidenciar los peores horrores existentes.
-Yo soy Virgilio, antes, un hombre que disfrutó la vida en la tierra y, como tú, fui un gran poeta.
-Vine por petición de Beatriz, tu difunta amada. Me pidió guiarte para que superes el arduo camino impuesto por la entidad divina con poder absoluto en tu mundo y el mío.
-Dante: ¡oh maestro!, dichosa mi alma por conocerte. No comprendo el porqué de esta sofocante prueba, pero si al final de mi viaje, ella espera, con gusto aceptaré. Seguiré tus pasos, aunque camines sobre las llamas, y veré a mi amada una última vez.
-Narrador: Dante se fue tras Virgilio y las bestias se apartaron, pero sin comprender del todo la situación.
Así, mientras aquel guía dirigía el sendero del poeta hacia las puertas del infierno, le explicó la razón de su peregrinaje.
Primero, debía recuperar las ganas de vivir que había perdido con la muerte de Beatriz. Después, iría a cumplir su destino en la tierra, recordándole al mundo que la estadía terrenal era una manera de ganarse el derecho a la vida eterna.
ACTO 2
-Narrador: a la par de gritos, alaridos, rechinar de dientes, incesantes llantos y lamentos, llegaron los dos viajantes a las puertas del infierno, las cuales se abrieron desprendiendo un insoportable olor a azufre y muerte, dejándoles entrar al sitio que antecede los 9 círculos del averno.
-Dante: ¿quiénes son esas almas desnudas y lastimeras que las nubes de tábanos atormentan? ¿Por qué caminan sobre este infinito río de gusanos y alimañas?
-Virgilio: son cobardes cuyas vidas desperdiciaron durante su paso en la tierra, ahora sufren un eterno martirio.
– Y aquel barquero es Caronte, el encargado de trasladar a los desdichados a través del río Aqueronte, hacia el círculo de tortura que les corresponda.
– Vamos Dante, sube abordo, mientras más rápido avancemos, podremos salir de este oscuro lugar con el cielo vacío, que solo se ilumina por el fuego infernal o los estruendosos relámpagos. Te enseñaré los 9 círculos del averno.
-Dante: ¡oh, maestro!, que horroroso lugar de tormentos, continuemos entonces mientras la esperanza de ver aquel paraíso donde me esperan, me siga manteniendo erguido y dispuesto.
ACTO 3
-Narrador: los peregrinos desembarcaron al otro lado del río y siguieron su camino. Así se adentraron en el primer círculo, el Limbo, para luego pararse en la cima de una montaña donde se visualizaban los aros infernales que le seguían.
-Virgilio: este es el Limbo, donde se encuentran todos los que nunca fueron bautizados.
-Dante: ¿y es acaso ese un gran pecado?
-Virgilio: no, pero debieron reconocer al Omnipotente. Incluso están las almas de quienes murieron antes de la llegada de la fe cristiana. Es el lugar al que yo mismo pertenezco, sufriendo eternamente por no poder entrar al Paraíso.
-Dante: ¿qué hay de aquel otro sitio cuyos vientos implacables lanzan las almas contra el suelo y las paredes?
-Virgilio: es el segundo círculo, donde los lujuriosos pagan el precio de su pecado, custodiados y condenados por Minos, ese ser aterrador.
– ¡Mira Dante!, ¡Más allá!, en ese pantano infectado por la inmundicia. Aquel perro monstruoso de tres cabezas es el Cerbero, observa como desgarra a los pobres desgraciados en el círculo de la gula, el tercero del infierno. Deben soportar una lluvia de granizo mientras la bestia los devora una y otra vez.
– Sigue mis pasos y no te desvíes ni un poco, a menos que quieras ser arrastrado por los fuertes vientos o desees llamar la atención del canino demoniaco.
ACTO 4
-Narrador: después de descender hasta el cuarto círculo del infierno, se toparon con el demonio Pluto, cuyo aspecto tenía características similares a un lobo, y les intentó impedir el paso sin éxito alguno ante el reclamo de Virgilio, quien le ordenó callar porque su viaje era un mandato del Altísimo.
-Virgilio: no te atemorices ante los rugidos de este ser impuro, continuemos andando Dante. Estamos en el círculo de la avaricia. Aquí los condenados deben empujar enormes pesos con su pecho y sin descanso alguno.
-Dante: ¿por qué todos se asemejan tanto?
-Virgilio: acá son iguales, el velo de su mala vida los cubre así que no reconocerás a ninguno. Chocarán entre sí o contra enormes pesos hasta el fin de los tiempos.
– Date prisa, ya casi llegamos a la laguna Estigia, el quinto círculo del averno. Debemos pasarla para seguir adelante.
-Dante: ¿y cuál es el castigo de estas almas malditas?
-Virgilio: aquí yacen quienes fueron consumidos por la ira, peleando indefinidamente sobre el fango. Bajo ellos también se ahogan los que se dejaron llevar por la pereza.
– Debemos subir a otra embarcación con Flegias, el hijo de Ares, así que apresura el paso para cruzar la Estigia.
-Dante: maestro, ya logro ver el próximo círculo, ¡Desde aquí se escuchan sus quejidos! ¡Oh, pobres almas! ¿Qué pecado cometieron y cuál es su castigo?
-Virgilio: fueron herejes, por eso se queman en esos sepulcros ardientes de los que nunca podrán salir.
– Hemos llegado, bajemos, toma mi mano, cierra tus ojos y escuches lo que escuches, no los abras hasta llegar al séptimo círculo, pues aquí rondan furias y gorgonas, incluyendo a la monstruosa Medusa.
ACTO 5
-Narrador: los dos poetas bajaron aún más por el tenebroso sendero. Allí, en el séptimo aro del averno, encontraron a los violentos que solían atentar contra otros; vieron sufrir a los suicidas y llorar de arrepentimiento a los blasfemos, todos, atormentados por su custodio, el minotauro de Creta, y una legión de centauros.
-Virgilio: observa Dante, así pagan los violentos, arrastrados a través de ese río de sangre hirviente que les deforma la piel. Aquellos otros son los suicidas.
-Dante: ¿cuáles otros, maestro?, solo hay árboles deformes picoteados por arpías.
-Virgilio: a ellos me refiero, fueron convertidos en árboles para que esas bestias inmundas los torturen.
– Ven, Dante. Subiremos a esa colina de aquel desierto en llamas, solo allí estaremos a salvo de la lluvia de fuego que sofoca a los blasfemos.
-Dante: desde acá, a lo lejos entre las tinieblas logro ver otras honduras.
-Virgilio: son las profundidades del octavo círculo donde van los fraudulentos. Según el nivel de su pecado, sufren aterrados por demonios negros o con cuernos, enterrados en antros ardientes, vagan silenciosos con la cabeza torcida a sus espaldas, cargan pesados mantos hechos de plomo, son mordidos por serpientes, son quemados, llevan en brazos sus propias cabezas decapitadas o son corroídos por llagas asquerosas.
– Es mejor rodearlos por este camino Dante, entremos al último círculo del infierno donde está Lucifer.
-Dante: ¿el mismo Lucifer? ¿Por qué se encuentra el maligno justamente en este aro?
-Virgilio: es el círculo de los traidores y él se atrevió a traicionar a Dios. Acá las almas tiemblan ante un frío infierno. Mira a tus pies, yacen enterrados hasta el cuello en un lago congelado.
– Aquel coloso de alas negras y tres cabezas que devoran a miles de condenados, es el rey de las tinieblas. Pasemos ocultos para que no nos vea, o en sus fauces entraremos como el resto.
-Narrador: Virgilio, nervioso ante la imponente figura de Lucifer, se apresuró en guiar a Dante hacia el purgatorio, donde expió los siete pecados capitales.
ACTO 6
-Narrador: los peregrinos llegaron al paraíso, donde tuvieron que separarse.
-Virgilio: hasta acá llega nuestro viaje nuevo amigo, no puedo ir más allá de las puertas del cielo, pero te dejo con tu amada para que conozcas al Omnipotente.
-Dante: hablaré por ti ante el altísimo, el gran maestro que me acompañó en este viaje. Así nos veremos algún día, cuando el destino me traiga de regreso desde el plano terrenal, hasta el gozo de la vida eterna.
-Narrador: después de despedirse, Dante se marchó con su adorada Beatriz para obtener conocimiento directamente de la gracia Divina, volver al mundo de los vivos y dar fe de su increíble experiencia.
Fin
Si te gusto esta adaptación del guion de La divina Comedia puedes ver otras adaptaciones en nuestro articulo de obras de teatro clásicas.
Una respuesta
Mi obra favortita 🙂