Prepárate para sumergirte en una historia de amistad, redes sociales y secretos desvelados! El talentoso autor Vicente Cañón Verdasco nos presenta una cautivadora obra de microteatro que te mantendrá al borde de tu asiento.
Imagínate a tres amigas inseparables, compartiendo risas y confidencias. Pero algo ha perturbado su complicidad: descubren que el esposo de una de ellas la ha estado engañando a través de las redes sociales. Ahora, se enfrentan al desafío de contarle la verdad a su amiga sin romper su relación.
No te pierdas este encantador guion teatral llena de emociones y dilemas! Prepárate para reír, reflexionar y conmoverte mientras estas amigas se enfrentan a la prueba definitiva de su lealtad.
Titulo: El secreto
Autor: Vicente Cañón Verdasco
- Elvira
- Mercedes
- Úrsula
Sinopsis oficial:
¿Qué haría usted si descubre qué la pareja de un amigo o amiga, le es infiel a través de las redes sociales? ¿Debería decírselo? ¿Debería callárselo y hacer ver que no sabe nada o quizás sea un pacto entre ellos?
En esta encrucijada se encuentran Elvira y Mercedes tras saber que el marido de su amiga Úrsula, le es infiel.
El secreto
ACTO 1
(En la escena se ve una mesa de un bar y tres sillas. Sentada en la silla central está ELVIRA que no deja de mirar para todos lados. Por la izquierda entra MERCEDES)
MERCEDES: (Ve a ELVIRA) ¡No me lo puedo creer! ¡Elvira! ¡Hola tesoro! ¿Cómo te va?
ELVIRA: (Se levanta) ¡Ostras, Mercedes! ¡Qué coincidencia! ¿Cómo te va la vida? MERCEDES: Mira, voy tirando. (Buscando) ¿Estás sola?
ELVIRA: No, he quedado con Úrsula. Pero siéntate un rato, mujer.
(MERCEDES se sienta en la silla de la izquierda)
MERCEDES: ¡Úrsula! ¡Qué recuerdos! ¿Pero… todavía sois amigas?
ELVIRA: Sí, cuando yo me separé, volví a ver a las antiguas amistades y Úrsula era muy amiga mía en el instituto, incluso vino a mi boda.
MERCEDES: ¡Ostras, que bien! Y como ella también está separada… ELVIRA: Perdona Mercedes, pero Úrsula no se ha separado.
MERCEDES: Ah, ¿No? ¿Estás segura? yo pensaba…
ELVIRA: ¿Qué pensabas? Mercedes, tú sabes algo que no me quieres decir. MERCEDES: Elvira, tú eres muy amiga de Úrsula… ¿Verdad?
ELVIRA: Ya te he dicho que sí… aunque hay que tener mucha paciencia para soportarla porque… ¡tiene unos humos!
MERCEDES: ¿Todavía se da tanta importancia?
ELVIRA: Sí, hija. (Al público) Nuestra amiga Úrsula, son de aquellas personas que primero habla de ella, después de ella y al final… muy al final, te pregunta… (Con voz de mujer cursi) ¿Y tu cómo estás? Para después seguir hablando de ella… otra vez, claro.
MERCEDES: (Al Público) Solo se escucha a sí misma. ¿Quién no conoce más de una que funciona así? ¿Verdad?
ELVIRA: (Al público) Si tu le explicas, cualquier cosa, a ella le ha pasado algo más gordo… seguro.
MERCEDES: (Al público) Tu tienes un poco de dolor de cabeza… pues ella tiene una encefalitis crónica. (Las dos mujeres ríen)
ELVIRA: (A MERCEDES) Espera, espera… no me cambies de conversación y explícame eso que sabes de Úrsula.
MERCEDES: Con la condición de que no se lo digas ¿De acuerdo? ELVIRA: (Resignada) Está bien.
MERCEDES: (Baja el tono de voz) Resulta que yo estoy inscrita en una página web de estas que sirve para encontrar pareja… ya me entiendes.
ELVIRA: ¿Todavía estás buscando el príncipe azul?
MERCEDES: A estas alturas, me es igual que sea azul, verde o a rallas… pero sí, todavía busco al hombre de mi vida.
ELVIRA: ¿Y todo esto que tiene que a ver con Úrsula?
MERCEDES: Pues que el otro día buscando en esta página… ¡Plaf! ¡Me encuentro una foto de su marido allí!
ELVIRA: ¿Y cómo sabes que es él?
MERCEDES: ¡Chica! Porque, aunque no pone su nombre de verdad, es Alberto Regidor. Lo recuerdo del instituto. El condenado, continúa igual de interesante.
ELVIRA: O sea que Úrsula presumiendo de marido y él va ligando por internet.
MERCEDES: Buscando, buscando he visto que está en diferentes páginas de estas de salidas, entradas, tríos, orgias y… “si te he visto no me acuerdo”. Su Nick es… Macho 27.
ELVIRA: ¡¿Veintisiete?! Pero, si él tiene más de cuarenta.
MERCEDES: No seas boba… No es la edad, es la medida de… (Señalando hacia abajo)
ELVIRA: (Boquiabierta) ¿Veintisiete? ¡Qué!… (Remarcando) ¿Veintisiete? MERCEDES: Ya ves, nada de… hombre romántico busca… ¡No, Macho 27 a tope! ELVIRA: ¡Me quedo muerta!
MERCEDES: Ayer chateando me dijo que para el mes que viene, tiene pensado un plan para estar libre quince días y los quiere a aprovechar a tope… (con mucha intención) ¿ya me entiendes cómo?
ELVIRA: ¿Qué plan?
MERCEDES: (Muy excitada) Luego te lo cuento. (Ríe) Como no sabía que era yo, me lo contó con todo lujo de detalles. Es “un máquina” el tío. (Ríe)
ELVIRA: (Preocupada) Ostras y… ¿Ahora qué hago? ¿Se lo digo a Úrsula? MERCEDES: Tú eres su amiga, a mí siempre me dejó de lado por ser de clase media.
ELVIRA: Pues todavía continúa igual… Ella siempre va con modelos exclusivos. Estoy segura de que antes de sentarse nos hará un repaso, de arriba abajo, a ver que llevamos puesto.
MERCEDES: Mira por allí viene. (Levantándose) Me voy… no se si estoy dispuesta a oír tantas sandeces juntas.
ELVIRA: Mercedes, no seas así… quédate conmigo. MERCEDES: ¿Se lo dirás?
ELVIRA: No lo creo, pero… por si acaso lo hago… al menos querría estar acompañada.
MERCEDES: Está bien, me quedaré un rato. En el fondo tengo ganas de revivir viejos Tiempos.
(Entra, por la derecha, ÚRSULA, andado como una modelo y presumiendo de todo el que lleva puesto. ELVIRA Y MERCEDES se levantan per saludarla)
ÚRSULA: (Muy exagerada) Elvira, cariño. ¿Cómo estás? Siento el retraso, pero hija, cómo me cuesta aparcar el Lexus. (Por MERCEDES) Pero… pero… si tú eres Mercedes González.
MERCEDES: (Falsamente simpática) ¡La misma!
ÚRSULA: Sí, aquella que venía al instituto, a mi clase y que se sentaba al final del todo… ¡Sí! que tenías toda la cara llena de granos y que a la mínima te ponías roja por nada.
MERCEDES: (Falsamente simpática) ¡La misma! ÚRSULA: ¡Nena, estás igual!
ELVIRA: Igual, igual… no. Ya no tiene granos.
MERCEDES: Ahora sólo me pongo roja cuando me ponen de mala leche. ÚRSULA: (A MERCEDES) Qué monada. Pero explícame cosas… ¿Te casaste? MERCEDES: No, todavía estoy soltera.
ÚRSULA: Pues hija, te tienes que casar, que ya tienes una edad… ¿No sé a que esperas? No sabes, que feliz se vive estando casada.
ELVIRA: Hay de todo.
ÚRSULA: (Por ELVIRA) Ay cariño, tú porque tuviste muy mala suerte, con el hombre que elegiste para marido… pero yo… (Remarcando) estoy tan contenta.
MERCEDES: (A ELVIRA, flojito) Díselo ahora, a ver si deja de presumir tanto. ELVIRA: (Temerosa) No me atrevo.
ÚRSULA: Vosotros no sabéis qué es llegar a casa y encontrarte un ramo de flores con una nota que dice: Cariño, llegaré tarde… tengo una reunión. Te quiero.
MERCEDES: (Con ironía) Debe de ser una reunión hasta altas horas de la noche… ¿verdad?
ELVIRA: (Golpea con el pie por debajo de la mesa a MERCEDES) ¡Calla! MERCEDES: (Quejándose) Ay!
ÚRSULA: Pobre y muchos días después del trabajo se va al gimnasio. Tiene un cuerpo… y no es para presumir, pero está muy bien…
MERCEDES: Veintisiete.
ÚRSULA: (A MERCEDES) ¿Cómo dices?
ELVIRA: (Muy nerviosa) Que… que ya deben de ser las cinco y veintisiete. (Mirando su reloj para disimular)
MERCEDES: Úrsula tu marido… tanto trabajar, tanto gimnasio y tanta reunión nocturna debe de llegar muy cansado… ¿verdad?
ÚRSULA: Pobre, en el trabajo… me lo explotan mucho. Suerte que yo soy una mujer tan desprendida y tan altruista. (Mirando) ¿No viene el camarero?
MERCEDES: No hija, tienes que traerlo tú de la barra.
ÚRSULA: Tanta gente en el paro y ahora tengo que traerme yo el café ¡Qué país! (Sale)
ELVIRA: (A MERCEDES) ¡Madre mía, qué miedo he pasado, pensaba que le ibas a decir!
MERCEDES: Ha habido un par de ocasiones que he estado a punto, pero…
ELVIRA: La verdad es que a nuestra amiga… una cura de humildad no le vendría mal. ¡Calla que vuelve!
MERCEDES: (Al público) Han visto ustedes como no oye… sólo se escucha a sí misma. Mírenla parece que está desfilando en la semana de la moda, en Paris.
ÚRSULA: (Entrando por la derecha, portando una taza de café. Muy ofendida) No pienso volver nunca más a este bar. Encima que te tienes que servir tú… no tienen ni azúcar glass, ni stevia.
MERCEDES: (Medio burlándose) Es que… ¡a quién si le ocurre!
ÚRSULA: Pero Elvira… si todavía no te he dado la noticia y la sorpresa que vendía a contarte. (Mira a Mercedes) Seréis las primeras en saberlo.
ELVIRA: Hija nos tienes muy intrigadas… ¿De qué se trata? ÚRSULA: No lo adivinaríais nunca.
ELVIRA: ¿Os mudáis a una casa a las afueras? ÚRSULA: frio, frio.
ELVIRA: ¿Te han regalo otro perrito? ÚRSULA: No, frío, frío.
ELVIRA: Pues…
ÚRSULA: No lo adivinarías en la vida.
MERCEDES: (Harta de ÚRSULA) Tu marido te ha regalado un pasaje para un crucero y cómo que él no puede ir….
ÚRSULA: (Petrificada) ¿Cómo lo sabes? MERCEDES: Es que yo entro a internet…
ELVIRA: (Nerviosa, improvisando) Porqué le gusta esto del horóscopo y dice que los escorpiones harán un viaje… en crucero… (A MERCEDES, muy asustada) ¿Verdad?
MERCEDES: (Irónica) Sí, es por eso… soy medio bruja.
ÚRSULA: (A MERCEDES) Te tienes que dejar de todas estas tonterías del horóscopo y buscarte un buen hombre que sea guapo y…
MERCEDES: (A ELVIRA, flojo) Y que no diga mentiras…
ELVIRA: (Le vuelve a dar un golpe de codo a MERCEDES) ¡Calla! MERCEDES: ¡Ay!
ÚRSULA: (Suspirando) ¡Ay! No sabéis como siento que yo tenga un marido tan perfecto y vosotras dos… (Suspirando, con mucha pena y remarcando) nada. (Levantándose) Voy al lavabo. ¿Dónde está?
MERCEDES: Al fondo a la derecha; estos bares de barrio son tan poco originales. ÚRSULA: Enseguida vuelvo y os lo acabo de explicar… (A ELVIRA) ¡Ya verás! (ÚRSULA sale de escena, por la derecha)
ELVIRA: ¿De verdad es su marido… el Macho 27?
MERCEDES: Quieres verlo ahora mismo… (Saca el móvil) Mira… entro a internet y … aquí lo tienes.
ELVIRA: (Mirando el móvil de MERCEDES) Es verdad… ¡Es él! A ver amplia la foto.
(MERCEDES lo hace. Sorprendida) ¡Es… Macho 27 a tope!
MERCEDES: ¿Has visto? No hay duda.
ELVIRA: Cómo me toque mucho las narices… se lo pienso decir. MERCEDES: ¡A ver si tienes ovarios!
ÚRSULA: (Entrando en escena y vuelve a sentarse) Estos lavabos son horrorosos, no tienen ni música de ambiente… ¡qué horror! Pero, Mercedes ¿por qué no nos explicas nada de ti?
MERCEDES: Lo iba a hacer cuando nos has dicho que tu marido te ha regalado un crucero.
ÚRSULA: ¡Ay sí! es verdad, que no os lo he acabado de explicar… resulta que… cómo dice que estoy muy estresada y él pobre no puede, pues dice… que vaya yo a las Islas Seychelles.
MERCEDES: ¡Anda! ELVIRA: ¿Sola?
ÚRSULA: No, aquí viene la sorpresa para ti…. (A la ELVIRA) Quiere que vaya con una amiga mía. ¿Verdad que tengo un encanto de marido?
ELVIRA: Es que yo…. (No sabe que excusa buscar) ¿Se lo has dicho a Elena?
ÚRSULA: No puede. ELVIRA: ¿Y a Laura? ÚRSULA: No le va bien.
ELVIRA: (Desesperada) ¿Y a.… a… Raquel?
ÚRSULA: Tampoco… ninguna de ellas puede y he pensado en ti. (A ELVIRA)
ELVIRA: ¿O sea que soy la última de la lista? ÚRSULA: Mujer, no te lo tomes así.
ELVIRA: (Que no sabe que decir) Es… Es que yo tampoco puedo, en estas fechas. ÚRSULA: (A ELVIRA) Pero si no te he dicho cuando es.
ELVIRA: (A ÚRSULA) ¿Cuándo seria? ÚRSULA: (Medio histérica) ¡El mes que viene! ELVIRA: (Muy nerviosa) Es que…
MERCEDES: (A ÚRSULA) No puede porque me tiene que acompañar a una clínica porque… (improvisando) porque… me quiero poner más pecho.
ÚRSULA: (A MERCEDES) Sí, te vendrá bien un cambio porque, entre nosotras… tienes una pinta de solterona… ¡que echa para atrás!
MERCEDES: (Irónica) Gracias.
ÚRSULA: De nada. (A ELVIRA) Oh! Qué lástima, hubiéramos disfrutado tanto. MERCEDES: ¿Y cuánto de tiempo estarás fuera de casa?
ÚRSULA: Al menos quince días… (MERCEDES y ELVIRA se miran cómplices) Un viaje de estos cuesta un pastón. (Suspirando) Ojalá pudiera hacer clones de mi marido… os en regalía uno a cada una. Es tan perfecto. Vosotras porque no tenéis nadie al lado… y entiendo, que, en cierto modo, me tengáis envidia… lo comprendo, porque soy una mujer muy compresiva y muy altruista y tan feliz y vosotras dos en cambio… tan… (Remarcando) solas.
MERCEDES: (Flojo a ELVIRA) ¡Y dale!
ELVIRA: (Flojo a MERCEDES) Pienso que ya ha agotado el tiempo de hablar de ella… por hoy.
MERCEDES: (Flojo a ELVIRA) Lo dudo.
ÚRSULA: Sí hijas, cada día doy gracias a Dios por darme esta inteligencia… MERCEDES: (Flojo a ELVIRA) ¿Cuál?
ÚRSULA: Y también a mi cirujano plástico que me perfeccionó. ELVIRA: (Flojo a MERCEDES) Ya decía yo.
ÚRSULA: Y también doy gracias por ser una mujer tan desprendida y tan altruista.
MERCEDES: (Flojo a ELVIRA) ¡Y dale Perico al torno! ÚRSULA: Mi marido solo tienes ojos para mi.
(ELVIRA le tapa la boca a MERCEDES que quiere hablar)
ÚRSULA: Pobre, sólo piensa al trabajar para ganar dinero y comprarme regalos. MERCEDES: (Flojo a ELVIRA) Sí, y unas fundas para los cuernos…
(ELVIRA y MERCEDES ríen disimulando para no ser vistas por ÚRSULA)
ÚRSULA: Comprendo al resto de mujeres que no puedan soportar que esté con el hombre más sexy y todo para mí. (Mira su reloj) ¡Qué tarde! Chicas he de irme que tengo hora en la manicura. (Levantándose) Me voy, Elvira nos llamamos. Mercedes me ha encantado verte de nuevo. (Regañándolas) Espero que el próximo encuentro estéis las dos con pareja. Os deseo que tengáis la misma suerte que yo he tenido. Os lo digo de corazón… soy así de desprendida y altruista. Adiós guapas. Besos (Lanza besos al aire y sale de escena por la derecha, como si fuera una modelo)
ELVIRA: (A MERCEDES. Muy seria) Saca el móvil. MERCEDES: ¿No querrás tirárselo a la cabeza?
ELVIRA: No, busca la página web que esta noche quiero quedar con Macho 27. MERCEDES: Pero… Elvira tú…
ELVIRA: Yo… hoy y tú… quedarás para mañana. MERCEDES: Pero…
ELVIRA: (Escribiendo algo en el móvil de MERCEDES) Y el mes que viene… ¡que se prepare!
MERCEDES: ¿Y Úrsula?
ELVIRA: No la has oído…
MERCEDES Y ELVIRA: (Ridiculizando a la ÚRSULA y mirando al público) Ella es tan desprendida y taaaaaaaan altruista.
FIN