La fabula de la rana y el escorpión tiene un origen africano y se sitúa en el río Níger. Y nos habla sobre la naturaleza de las personas y como uno es lo que es. Su autor es desconocido aunque muchos se la atribuyen e Esopo Obviamente esta es una historia y no puede aplicarse a muchas personas que pueden cambiar y ser mejores todos los días. Vayamos a la lectura!
✍ Fabula: La rana y el escorpión
👫 Personajes:
- La rana
- El escorpión
Autor: Desconocido
Una buena rana, que vivía en el río Níger, cruzaba sobre su espalda a lo ancho del rio a los ratones, e incluso a alguna nutritiva mosca a la que se le mojaban las alas impidiéndole volar. Pues su generosidad y nobleza no le permitían aprovecharse de ellas en circunstancias tan desiguales.
También vivía por allí un escorpión, que cierto día le suplicó a la rana:
– Escorpión: Hola rana! quiero atravesar el río pero no estoy preparado para nadar. Por favor, hermosa rana, puedes llevarme a la otra orilla sobre tu espalda
La rana, que había aprendido mucho durante su larga vida llena de privaciones y desencantos, respondió enseguida:
– Rana: ¿Qué te lleve sobre mi espalda? ¡Ni pensarlo! ¡Te conozco lo suficiente para saber que si te subo a mi espalda, me picaras e inyectarás un veneno letal y moriré!
El inteligente escorpión le dijo:
– Escorpión: No digas eso tan feo de mi. Ten por seguro que no te picaré. Porque si así lo hiciera, tú te hundirías en el aguas y yo, que no sé nadar, me ahogare y moriré.
La rana se negó al principio, pero la incuestionable lógica del escorpión fueron convenciéndola… y finalmente aceptó. Lo cargó sobre su resbaladiza espalda, donde él se agarró, y comenzaron la travesía del río Níger.
Todo iba bien. La rana nadaba con soltura a pesar de sostener sobre su espalda al escorpión. Poco a poco fue perdiendo el miedo a aquel arácnido que llevaba sobre su espalda.
Llegaron a mitad del río. Atrás había quedado una orilla. Frente a ellos se divisaba la orilla a la que debían llegar. La rana, hábilmente sorteó un remolino…
Fue aquí, y de repente, cuando el escorpión picó a la rana. Ella sintió un dolor agudo y percibió cómo el veneno se extendía por todo su cuerpo. Comenzaron a fallarle las fuerzas y su vista se nubló. Mientras se ahogaba, le quedaron fuerzas para gritarle al escorpión:
– Rana: ¡Lo sabía!. Pero… ¿Por qué lo has hecho?
A lo que el escorpión respondió:
– Escorpión: Lo siento ranita. No he podido evitarlo. No puedo dejar de ser quien soy, ni actuar en contra de mi naturaleza, de mi costumbre y de otra forma distinta a como he aprendido a comportarme.
Y poco después de decir esto, desaparecieron los dos, el escorpión y la rana, debajo de las aguas del río.
📢 Moraleja
No trates de engañarte con alguien creyendo que es o puede ser igual que tú; hay personas que sacarán su maldad sin importarles las consecuencias de sus actos, ni dañarse incluso a sí mismos.